Cuando se acaba un año, siempre es momento de balances y así lo hizo Jesús Muñoz, presidente provincial de UCCL. Tras sus palabras se deduce que no ha sido un buen año para el campo, que se ha visto afectado por diferentes factores como la reducción del presupuesto y la desaparición de líneas de ayudas, las escasas precipitaciones, aumentos en los costes de producción (en especial el pienso para los animales), robos en las explotaciones y los daños producidos por la fauna salvaje.
Todo ello deriva en la desaparición de agricultores y ganaderos, que hacen que si sigue así estén «en vías de extinción», como se puede ver en diferentes sectores, en especial en el vacuno de leche donde desde marzo de 2011 al mismo mes de 2012 han desparecido un 10% de los ganaderos, lo que supone que dos de ellos abandonan su explotación cada mes.
Esto se debe a diferentes factores, pero en especial al precio de la leche, el más bajo de la Unión Europea, que hace que estén produciendo «a pérdidas».
Por sectores. Jesús Muñoz aprovechó para hacer un balance de los diferentes sectores agrícolas, destacando especialmente los problemas de la ganadería.
No se trata solo de la situación del vacuno de leche, con los bajos precios del producto y la «subida desmesurada» de las materias primas de alimentación, sino que la situación se reproduce en ovino y caprino, también con falta de rentabilidad.
Además, sigue el problema con la fauna salvaje, ya que se ha sufrido «el peor año con el tema del lobo y el buitre», hasta el punto que esta organización agraria cifra en más de 350 reses las perdidas por ataques de lobo a ganado mayor, ovino y caprino, a lo que hay que sumar al menos a otras 35 por ataques de buitres. Todo ello hace que de nuevo busquen una solución para este problema por lo que piden que no haya seguros sino que sea la Junta la que haga una compensación íntegra de los daños y un control del lobo.
También se pidió más seguridad para las explotaciones y así evitar los robos y se volvió a reclamar un gasóleo profesional para el sector.
En el caso de la agricultura destacó la pérdida de un 30 por ciento de la producción de cereal, a pesar de los buenos precios conseguidos, y también los problemas en la remolacha, con la retirada de la ayuda de tres euros por tonelada y los perjuicios producidos al sector. También se habló del tabaco donde de los 60 agricultores de Ávila solo 32 reciben la ayuda y con retrasos respecto a otras zonas.
En definitiva una situación de crisis continua para agricultores y ganaderos que ha hecho que desde 1997 haya habido una reducción de más de 1.500 trabajadores a título principal, pasando de 5.163 a 3.567, según el censo de las últimas elecciones agrarias.
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