España: Recta final de las cuotas lácteas

Queda un mes para que el sistema que ha guiado al sector lácteo estos últimos 30 años desaparezca para siempre.
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Queda un mes para que el sistema que ha guiado al sector lácteo estos últimos 30 años desaparezca para siempre.
Todos los ganaderos gallegos recuerdan la torpeza con la que se fraguó el ingreso de España en el anterior Mercado Común Europeo. Nadie imaginaba que, a 30 años vista, las antaño granjas de subsistencia se convertirían en las hogaño modernizadas explotaciones. Nadie imaginaba que la cuota láctea asignada a España —que fue creciendo con el paso de los años entre límites demasiado ajustados— se convertiría en un lastre para un país que ha visto cómo otras regiones europeas se aprovechaban de su mercado. De las más de nueve toneladas de leche que piden las bocas españolas, los productores del país sólo pueden suministrar poco más de seis.
Es el sinsentido de un sistema que tocará a su fin dentro de, exactamente, un mes. El 1 de abril este modelo de intervencionismo en el mercado —las cuotas lácteas fijaban un límite de producción concreto para cada país de la Unión Europea— al que ahora muchos se resisten a decir adiós, será historia. El libre mercado se impondrá en un sector que, en el caso especial de la Comunidad gallega, ha realizado múltiples esfuerzos de inversión y adaptación para competir con las granjas del norte de Europa, un paso por delante de las españolas.
Un único interés
Y es que pese a los avances, los diferentes actores tienen por delante un largo camino que recorrer. «Lo importante es aunar los distintos intereses que tiene el sector en un interés único, que no es otro que la sostenibilidad económica, social y medioambiental del sector lácteo gallego», reconoce a ABC la directora general de Producción Agropecuaria de la Xunta, Patricia Ulloa.
En otras palabras, no se puede entender el lácteo como un juego de ajedrez donde cada uno aplica su técnica para conseguir una mayor rentabilidad, sino como un conjunto en el que todos los eslabones de la cadena de valor deben dirigirse hacia ese interés común. Quizás sea este el mayor reto, sobre todo teniendo en cuenta la escasa organización de la pata más débil: los ganaderos. Se espera que la última reforma del Paquete Lácteo aprobada el viernes, que contempla contratos obligatorios a un año, ayude a reforzar su posición.
Organización e innovación
Ante este escenario, el desarrollo de organizaciones de productores fuertes se hace vital para fortalecer la capacidad negociadora ante las industrias. Pero los «deberes» no sólo afectan a los ganaderos. «El sector cooperativo debe hacer el mismo esfuerzo para ser más competitivo en un escenario sin cuotas y también el sector industrial debe explorar nuevos productos de más valor añadido, productos que puedan viajar más allá de nuestras fronteras», señala Ulloa.
La transformación se le sigue resistiendo a las cooperativas e industrias pese a la escasa durabilidad de un producto como la leche líquida. La demanda del secado y los quesos se incrementará en los próximos años cuando los países emergentes empiecen a reclamar proteína láctea. Esa es una oportunidad para España y, por ende, para Galicia, cuna de casi la mitad de la leche que se produce en el país.
Nunca se ha caracterizado el lácteo por ser un sector estable en el tiempo. Al contrario. Con un vaivén de precios constante que ahora se pretende moderar con los contratos de un año como mínimo, hay quien todavía acarrea deudas por colocar sus granjas a la vanguardia europea. Pero Galicia sigue sin ser Holanda.
A mayores de los deberes en organización e innovación, uno de los grandes problemas se centra en la actual base territorial. Las concentraciones parcelarias infinitas no han dado los frutos esperados y la dependencia de los piensos sigue siendo mayor de la deseada. Garantizar el relevo generacional es otro de los retos, pues un campo abandonado sería el peor de los futuros.
http://www.abc.es

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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