Según los resultados de una reciente investigación, el hombre comenzó a consumir leche y productos lácteos hace más de 9.000 años en el continente europeo. Esta historia antigua ha sido estudiada por varios científicos a través del análisis de hierbas, huesos y vasijas perforadas. El consumo de la leche en esta época influyó en los asentamientos y las formas de organización; asímismo, provocó a lo largo de los años una mutación genética (la persistencia de la lactasa) en el norte de Europa, que permite digerir la leche a la edad adulta.
www.espanol.rfi.fr