«Cada empresa negocia con sus ganaderos y cada empresa negocia con la distribuidora, pero lo que no es posible es pactar ni una cosa ni otra a nivel general; no es posible ni legal»
Pedro Ramos – Portavoz y gerente de la Asociación de Empresas Lácteas de Galicia
Entiende la crítica situación por la que están pasando los ganaderos gallegos, pero también asegura que la industria, a la que representa, está viviendo dificultades muy similares. Está de acuerdo en que es necesaria una subida del precio de la leche para que, por lo menos, se equipare con los costes de producción. Sin embargo, afirma que «es imposible» pactar unos precios similares para todos los ganaderos. «El acuerdo es complicado porque en España hay una Comisión de la Competencia que impide hacer pactos de precios», reconoce.
M.RODRIGUEZ – A CORUÑA Pedro Ramos es el gerente y portavoz de la Asociación de Empresas Lácteas de Galicia, a las que los ganaderos llaman las «industrias». Esta asociación representa a 15 empresas del sector lácteo, que recogen aproximadamente el 75% de la leche de la comunidad, por lo que las palabras de su portavoz tienen un gran peso.
-¿Entienden las industrias lácteas la problemática de los ganaderos, que no pueden ni cubrir los costes de producción?
-Sin duda ninguna.
-¿Y que el 85% de las granjas no logre cubrir sus gastos fijos?
-Somos absolutamente conscientes. Comprendemos su problemática. El encarecimiento de los costes de producción ha sido enorme en los últimos tiempos y sabemos la problemática del sector productor, pero también hay que ser consciente de la dificultad que tiene el sector industrial. Cada día se vende menos y más barato. Las dificultades son muy parecidas en ambas partes.
-Pero por lo menos han llegado a un acuerdo con la Xunta y con los ganaderos para subir los precios en enero.
-Un acuerdo de precios es imposible porque estaríamos conculcando los derechos de la libre competencia. No se puede llegar a un acuerdo de precios. Los acuerdos tienen que ser los que llegue cada industria con los ganaderos que serán, con cada uno de ellos, distintos. De precios unitarios no se puede hablar.
-Entonces, el compromiso adquirido?
-El acuerdo es complicado porque en España hay una Comisión de la Competencia que impide hacer pactos de precios. Salvo que se cambie la normativa. Estamos de acuerdo en que hay que subir el precio de la leche, pero ese aumento también hay que repercutirlo en el precio del producto final, y ahí está el problema.
-Porque si ustedes deciden aumentar el precio que pagan a los ganaderos ese incremento se lo tienen que repercutir a las distribuidoras.
-Pero vuelvo a decir lo de antes. Cada empresa negocia con sus ganaderos y cada empresa negocia con la distribuidora. Pero lo que no es posible es pactar, ni una cosa ni otra, a nivel general. No es posible, no está permitido y no es legal, salvo que la normativa cambie y se establezca un precio oficial en el Boletín Oficial del Estado. Pero luego lo que sí hay es el trabajo y el compromiso adquirido por parte de todo el mundo para ser conscientes de lo que se está jugando en Galicia el sector lácteo. Todo el mundo tendrá que hacer los esfuerzos que sean necesarios para intentar que esta situación se normalice.
-¿Y se normalizará algún día?
-La solución llegará por el esfuerzo de todo el mundo para salir adelante en una situación que es tremendamente complicada, con unos mercados que están ahí y que al final son los que marcan las reglas que se deben seguir.
-Pero, mientras, los ganaderos van camino de la ruina.
-Hemos manifestado muchísimas veces la preocupación que existe por la situación del sector productor, pero tenemos que ser conscientes de que ese mismo problema, o parecido, lo tienen las industrias.
-¿Por ejemplo?
-Cada día venden menos, cada día se vende más barato y cada día entra más producto terminado procedente de otros países con lo cual el sector lácteo gallego y el sector lácteo español tienen que ser competitivos. No hay mucho más.
-¿Y ese producto terminado que llega de fuera: el cartón de leche, el queso, los yogures??
-Es el equivalente a 3.600 millones de litros de leche que entraron en el último año en España. Con ese producto terminado que nos viene de fuera, la industria gallega tiene que ser capaz de competir. Porque el producto terminado que ha venido de fuera se ha multiplicado por tres en los últimos diez años. Si realmente no somos capaces de competir en el mercado cada vez se perderá más.
-¿La única forma de competir es bajando los precios? Porque los ganadores no pueden bajar más los suyos.
-No. La única forma de competir será haciendo los esfuerzos que crea todo el mundo que tiene que hacer para no perder cuota de mercado. Si no somos capaces de competir, cada vez perderemos más cuota de mercado, con lo cual cada vez hará falta menos leche a las industrias de aquí, porque nos viene el producto de fuera.
-No veo que haya soluciones mágicas.
-Ni más ni menos. Lo único es el esfuerzo que todos los integrantes de la cadena puedan hacer, el que le corresponda a cada uno, para que toda la cadena se sienta remunerada en su justa consideración.
-Pero los ganaderos no se sienten bien remunerados y aseguran que en Galicia se está pagando el litro de leche por debajo de lo que se abona en el resto de España.
-En toda España hay primas por volumen y los que tienen más cuota reciben más prima. Cuando no se hace una comparación de los ganaderos por estratos de cuota se desvirtúa el análisis. Y aquí tenemos casi la cuota más baja de toda España.
-El pasado octubre entró en vigor el contrato homologado entre el ganadero y la industria. Pero los primeros se quejan de que no está funcionando y de que las empresas proponen los mismos precios que antes.
-Somos el único país de Europa y del mundo que ha obligado a los ganaderos a que para vender leche tiene que haber un contrato. Es el único país del mundo. Francia sí obliga al contrato homologado, pero es una obligación distinta. En Francia lo que obliga es a la industria a presentar un contrato al ganadero y el ganadero puede decir que ese contrato no le gusta y no lo firma, pero puede seguir vendiendo la leche a quien él quiera. Aquí no. Aquí es obligatorio firmar el contrato.
-Pero parece que no funciona muy bien. Hay ganaderos gallegos que se quejan de que no saben hasta un mes y medio después el precio al que están vendiendo la leche.
-Pues es muy posible. Por eso el tema de los contratos debería ayudarnos a que exista una mayor transparencia en toda la cadena, pero con el agravante de que aquí son obligatorios.
-Pero no están funcionando.
-Desde el 3 de octubre son obligatorios. ¿Son buenos o son malos? Son obligatorios. Esto es como la declaración de Hacienda. ¿Es buena o es mala? Es igual. Es que hay que hacerla.
-¿Los ganaderos tienen la libertad para poder elegir a quién le vende la leche?
-Sin duda, sin duda. Lo que pasa es que el tema es el mismo de siempre. Muchos ganaderos argumentan que no les cogen la leche. En los últimos tres meses ha habido movimientos de leche enormes porque hay déficit de leche. Por eso casi todas las empresas están peleando por la leche, quitándose los ganaderos unos a otros. Hace ocho meses, cuando teníamos casi la producción mayor de la historia, no era así. Cuando a uno le ofrecen leche, uno la compra si le hace falta, pero si no le hace falta le dice al ganadero que no se la puede coger.
-¿No hay pactos, entonces?
-Esta historia de que dicen que tienen un pacto con el otro para no cogerle la leche no es cierta, ni muchísimo menos. ¿Por qué esa industria no le coge la leche? Porque no le hace falta. La parte fácil es decir ‘no la cogen porque tiene un pacto con el otro’. Y el pacto se deshace ahora cuando hay escasez de leche. En los últimos tres meses ha habido unos siete u ocho millones de litros de leche que se han cambiado de una empresa a otra.
-Después de hablar con usted no le veo una solución al problema: ni al de los ganaderos ni al de la industria láctea.
-Estoy de acuerdo y es que la situación es muy compleja. Si alguien tuviese la posibilidad en su mano de arreglarlo lo haría, pero no es así. La solución es tremendamente compleja.
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