Varias organizaciones agrarias europeas proponen un sistema de precios acorde a la evolución del gasto de producción que soportan las ganaderías 
Producir un litro de leche en Asturias cuesta 35 céntimos de media y el litro no se paga a más de 32. Para resolver el desfase que ahoga a cientos de explotaciones de la región, donde quedan 2.500 granjas, las organizaciones «Confédération Paysanne, Européenne» «Coordination Via Campesina (ECVC)», «European Milk Board (EMB)» y «Fairness for Farmers in Europe (FFE)», todas ellas con representantes españoles, han elaborado una declaración conjunta en la que reclaman la aplicación de un sistema de precios basado en la evolución de los costes que soportan las granjas.
Las organizaciones ganaderas opinan que el llamado «paquete lácteo» -la normativa elaborada por la Comisión para paliar la crisis sin precedentes que vive el sector lechero- no ha supuesto una solución a los problemas de los ganaderos, sino que los ha dejado a la merced de la industria. Una de las medidas del paquete es la firma obligatoria de contratos entre los ganaderos y las industrias. Consideran que si esos acuerdos no incluyen como factores variables los costes de producción, sólo beneficiarán a la industria, que impondrá sus condiciones. Añaden que, en la práctica, los contratos pueden convertirse en una privatización de la política láctea de la UE.
El sector lácteo es, por sus especiales características, uno de los pocos de la UE que continúa subsidiado y con producción ajustada a cupos, cuya vigencia, si se cumple la hoja de ruta, expira en el 2015. Las organizaciones no están a favor de producir más leche a menos precio ni de que se venda leche por debajo de los costes de producción, que sería una venta a pérdidas. Por tanto, plantean la creación de unos «pasillos de precio», en torno de los costes de producción. La producción láctea se podría incrementar o reducir para asegurar que los precios se mantuvieran dentro de ese intervalo.
A la vez, Bruselas ha decidido tomar cartas en el asunto de las ventas de leche con marca blanca, considerablemente más barata que la de fabricante. La Comisión Europea ha iniciado un estudio sobre el efecto en la competencia del uso por parte de los distribuidores de marcas propias en alimentación.
El comisario europeo de Competencia, Joaquín Almunia, ha señalado que necesitan más datos para valorar las reclamaciones de los fabricantes, que consideran sus intereses perjudicados. Los reguladores antimonopolio de la Unión Europea investigan ahora si las cadenas de supermercados e hipermercados con marca propia han ejercicio un excesivo poder de mercado en detrimento de las marcas de fabricante. El estudio se centrará en la capacidad de elección de los consumidores y la innovación en la industria alimentaria europea.
La batalla entre marcas blancas y de fabricantes no es nada nuevo. En el año 2010, los fabricantes de marcas de gran consumo acudieron a Bruselas para reclamar la creación de un marco regulador con los distribuidores. El Ejecutivo comunitario ha indicado que los resultados del informe se publicarán a finales de 2013. «Muchas partes interesadas argumentan que los mercados alimentarios europeos no funcionan bien, pero nosotros necesitamos información más exhaustiva para evaluar estas reivindicaciones», afirmó el vicepresidente de la CE y comisario de Competencia, Joaquín Almunia, en un comunicado.
En el segundo semestre de 2012, el margen bruto del ganadero de leche fue un 31% más bajo que el de 2007. En el caso del primer trimestre también se registró un importante descenso, aunque fue menor, del 17%. En estos últimos cinco años, el margen bruto de la leche para el ganadero no ha dejado de descender. Cayó en picado durante la crisis de 2009, reduciéndose en un 45% con respecto al margen bruto medio de 2007. En 2010 y 2011, si bien los márgenes continuaron siendo inferiores a los de 2007, las diferencias fueron aproximándose, pero en 2012 empezó de nuevo la caída. Una situación que preocupa a los productores de cara al nuevo año.
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