Lo mejor que se puede decir de la feria de ayer, tercera de febrero, es que se vendió prácticamente toda la oferta, un total de 2.097 reses. El escenario, el habitual semanal del Mercado Nacional de Ganados ‘Jesús Collado Soto’ de la ciudad del Besaya, en una jornada en lo meteorológico de auténtica primavera.
En esta ocasión entraron en el recinto 34l reses más que las registradas en la semana pasada. En cuanto a su desarrollo comercial y cotizaciones, se registraron ligeras variaciones con respecto a ocho días antes. Este miércoles ‘La Cuadrona’ acogió mayor número de visitantes, el 50% ganaderos jubilados procedentes de distintos puntos de Cantabria, pueblos y aldeas, que acuden para matar el gusanillo, y ser testigos directos de lo que ocurre allí. Casi las mismas caras todos los miércoles.
Impulso
Las vacas de leche, después de varias ferias positivas en cuanto a las cotizaciones, ayer se cambiaron las tornas y perdieron dinero, mientras que la recría bovina, los terneros de uno a tres meses, recibieron un impulso importante por parte de la demanda, superior los dos días, martes por la tarde y al día siguiente. También el ganado de carne se pagó más, lo mismo añojos, que toros, novillos y vacas cebadas y fabriqueras.
En este sector de abasto se apreció un mayor dinamismo, respondiendo a la calidad ofertada. Los tratos fueron ágiles, dando lugar a que se agotara la oferta. Destacó como ejemplo, la venta de una vaca frisona ‘carnicera’, bien cebada, de 7 años, que dio en báscula casi una tonelada, concretamente 930 kilos, procedente de Queveda, vendida en 1.560 euros.
El que hubiera más recría bovina que en mercados anteriores, no dificultó en nada su comercialización, que fue al completo. Es más, ganado en agilidad en los tratos, redundando en subida de precios en los terneros de uno a tres meses de vida, incluido el tipo frisón, muy devaluado últimamente. La mayor subida correspondió las terneras cruzadas de tres y seis meses. No quedó un rabo sin cambiar de manos.
Una pincelada sobre lo ocurrido en el sector lácteo: Una oferta normal de novillas y vacas de leche, de buena calidad en líneas generales, ante una demanda en la que faltaron algunos compradores de los fijos, y eso se notó a la hora de la verdad, los precios, a la baja, en mayor proporción las de segunda categoría. Los tratos muy lentos desde el principio, prolongándose a lo largo de la mañana.
El techo de la feria, 1.890 euros fue para una novilla de primer parto, procedente de Pámanes adquirida por un ganadero de Villa de Cruces (Pontevedra). Con el mismo destino, Pontevedra, salió un lote de cinco, de primero y segundo parto. Su costo fue entre 1.500 y 1.620 euros. Un ganadero de Lasarte compró una novilla primeriza en 1.800 euros; y un lote de nueve vacas salió para Cospeito (Lugo) a una media de 1.700 euros. Muchos ganaderos particulares adquirieron vacas con destino diverso.
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