#España: Las migajas de Alimentos Lácteos

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El proyecto estrella de la Xunta para la ganadería sale a subasta por un millón de euros tras consumir 18 millones en tres años, la mitad de fondos públicos
Alimentos Lácteos, la empresa que la Xunta reflotó a base de dinero público con gestores amigos para dar una solución al sector lácteo, sale a subasta. Y según el documento firmado el pasado 25 de septiembre por su administrador concursal, Javier Reigosa, vale 1.250.000 euros. En tres años ha acumulado un pasivo de 18 millones de euros con una plantilla de 81 trabajadores (quedan 79) pese a que una de las dos marcas de la sociedad, Deleite, se había convertido en la segunda en ventas dentro de la comunidad. Nueve millones de euros de fondos públicos se han evaporado en este tiempo (entre subvenciones y avales del Gobierno gallego).
Solo Xesgalicia, la sociedad pública de capital riesgo, ha perdido 4.262.930 euros. El Instituto Galego de Promoción Económica (adscrito a la Consellería de Economía) se deja 2.062.800 euros. Y en otro epígrafe figura la Xunta con 7.425 euros. La Agencia Tributaria reclama 137.980 euros. A eso hay que sumar créditos con bancos que tienen al Gobierno gallego como avalista. En el informe de los acreedores figura el Banco Pastor con 1,560.395 euros, Novagalicia Banco con 795.969 euros, Banesto con 360.938 euros y también BBVA con 34.516 euros.
La cola de los que esperan para cobrar incluye a 81 trabajadores que aguardan por su paga de abril, por una semana de trabajo del mes de marzo y el salario del permiso retribuido (y forzoso) que se les concedió a la espera del ERE de extinción. El arrendador de la fábrica de Outeiro de Rei, la firma Tegestacin del grupo Leche Pascual figura en el informe con una deuda reconocida de 3.164.175 euros. Y su matriz, el conglomerado alimentario apunta 25.089, 93 euros más.
Empresas de cartonaje, envasado, electricidad y transporte están también en esa lista, kilométrica si se la compara con la de bienes de la empresa. El inventario que está en el plan de liquidación agrupa una docena de aplicaciones informáticas, pantallas, monitores y mobiliario difícil de vender. Solo la propiedad industrial de dos marcas de leche —que mientras estuvieron en el mercado ganaron reputación en el sector— como Deleite y Muu aportan verdadero valor a la firma. La primera, que se distribuía en los lineales de los supermercados de Galicia, figura con un importe de un millón de euros. Muu, el otro nombre comercial, con el que se vendía en el resto de España tiene un precio de 500.000.
Profesionales del sector consultados por EL PAÍS sostienen que es difícil cuantificar el precio de dos marcas que llevan muchos meses sin estar en los supermercados pero sostienen que ambas pueden ser atractivas para la competencia, tanto si quieren reflotarlas como incluso para dejarlas morir y eliminarse así rivales en las estanterías de las tiendas de alimentación.
Pese a ello el administrador concursal sostiene que existen “posibilidades reales de enajenar la totalidad de la unidad productiva en su conjunto”. Establece dos alternativas: “la enajenación directa de los elementos productivos como una unidad productiva” y “la enajenación en subasta pública y en un único lote de la totalidad de activos”.
Una de las fórmulas prevé que el precio a pagar por la “unidad productiva” es de 1.250.000 euros y podrá consistir en una cantidad de dinero que se puede complementar con “el compromiso de contratación de todos o parte de los [79] trabajadores de Alimentos Lácteos cuyos contratos se extinguirán en el ERE que tramita el Juzgado de lo Mercantil de Lugo”. Con el objetivo de lograr la recolocación de la plantilla —que fue despedida primero de la fábrica de Pascual y ahora lo será de la de Alimentos Lácteos— el administrador fija un baremo para compensar a futuros compradores interesados en la empresa. En caso de que la empresa sea vendida al futuro dueño se le descontarían 3.000 euros por contratación si recoloca a entre uno y diez empleados. Y esa cantidad va subiendo cuanto mayor sea el compromiso de contratación del futuro propietario que —si asume a toda la plantilla— percibirá 24.000 euros por cada uno de los 79 trabajadores. Ese premio a las recolocaciones se descontaría del precio a pagar por Alimentos Lácteos.
Cooperativas perjudicadas
El listado de acreedores agrupa también a varias cooperativas de ganaderos, incluidas las que lideran los gestores que estuvieron desde el principio al frente de Alimentos Lácteos. A Gancobre, cuyo presidente es Arcadio López —teniente alcalde del PP en el Gobierno de A Pastoriza (Lugo) y a la vez secretario de Alimentos Lácteos— se le deben 808.604 euros.El caso de la cooperativa La Arzuana, que maneja Eugenio Montero, teniente alcalde del PP en el municipio coruñés de Touro y también presidente de Alimentos Lácteos es peor. La empresa debe según el listado de acreedores 1.237.378 euros.
Tanto Montero como López fueron los preferidos por la Consellería de Medio Rural que presidía la pasada legislatura el actual delegado del Gobierno, Samuel Juárez, para dirigir la empresa.
Su gestión es polémica hasta el punto de que el propio administrador concursal llegó a presentar una demanda contra ambos en la que acusa al consejo de Alimentos Lácteos de cobrar más de 230.000 euros de manera irregular entre 2010 y 2011. La denuncia apunta a una vulneración de los estatutos, según los cuales el consejo de Alimentos Lácteos solo podían cobrar cuando la sociedad tuviese beneficios. No los hubo pero ambos dirigentes cobraron nóminas de 6.000 euros mensuales desde el primer día.
http://ccaa.elpais.com

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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