España: La producción de leche en Cantabria no aumentará pese al fin de las cuotas

La industria avisa de que «no está en condiciones» de transformar más leche y los contratos penalizan las entregas superiores a lo pactado.
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La industria avisa de que «no está en condiciones» de transformar más leche y los contratos penalizan las entregas superiores a lo pactado.
«No estamos en condiciones de transformar más leche». Cualquier apreciación sobre las consecuencias del final de las cuotas el próximo miércoles 1 de abril y la consiguiente liberalización del sector lácteo en Cantabria debe contar con la opinión de la industria transformadora, el comprador final de los 435 millones de litros de leche que se produjeron en la región el pasado año, un 4,79% más que en 2013. Y la opinión de Álvaro Ortiz, el presidente de la Asociación Regional de la Industria Láctea en Cantabria y director gerente de ‘El Buen Pastor’ es, cuando menos, cautelosa, poco expansiva y todo un aviso de las limitaciones de este nuevo escenario: «A corto plazo, la industria tiene la capacidad productiva que tiene. En este momento, nuestras fábricas están al completo y no estamos en condiciones de transformar más leche. Por otro lado, hay que tener en cuenta la demanda del mercado, que no está creciendo».
Es difícil que empresarios y organizaciones agrarias coincidan en algo, pero en este caso parece ser así: ambos creen que no habrá grandes incrementos en la producción de leche en Cantabria en el corto plazo. El final del corsé que ha supuesto para el ganadero las cuotas de la UE, que le imponían un máximo de producción anual bajo la pena de una multa (la famosa supertasa) si las superaba, no significará la libertad total. «Las cuotas han sido sustituidas por los contratos y en estos las industrias van a poder fijar el máximo de leche que recogerán al ganadero y, por tanto, el máximo de su producción», asegura Raúl Guillamón, del sindicato ganadero Asaja. Los primeros contratos se están firmando estos días y serán por un año, tal y como exige la ley. «Y las cifras que vemos son similares a la campaña anterior e incluso inferiores en un 10%», indica Guillamón. Hay un matiz: la ley obliga a que en el contrato se fije una horquilla de más/menos un 10% de la cifra final que el comprador se obliga a pagar al precio pactado. «Si en el contrato se recoge la producción real del año pasado, el ganadero como máximo podrá aumentarla un 10%. Los litros de leche que sobrepasen ese 10% se pagarán a precio de intervención, mucho más baratos», subraya el sindicalista. «El problema es que en algunos borradores que he visto no se incluye la cifra total del año pasado, sino una cantidad inferior, con lo que corremos el peligro de volver a ver otra vez las cisternas foráneas colocando su mercancía porque no va a haber un incremento de la producción, sino menos leche en el mercado».
Guillamón sostiene que el mercado lácteo de España y Cantabria hace tiempo que dejó de responder a la lógica. «En teoría, Cantabria está en situación de aumentar la producción. Tenemos déficit de leche (España produce 6 millones de toneladas y consume 9), precios más bajos que en Europa, capacidad de crecimiento y explotaciones viables. El brick se vende en el Carrefour de Irún a 58 céntimos y en el de Hendaya a 75; en un mercado normal tendríamos que estar frotándonos las manos porque íbamos a inundar Francia de leche».
Lo más probable, según la mayoría de los expertos y ganaderos consultados por este periódico, es que el año 2015 pueda cerrarse con un mantenimiento de la producción en las cifras alcanzadas en 2014 o, a lo sumo, con un repunte similar al ya registrado en 2014, un 4,7% más que en 2013. Después, se verá. «Esto -el fin de las cuotas y la implantación de los contratos- es un deporte nuevo con reglas nuevas. Hay que empezar a jugar y ver cómo se da el partido», sentencia Ortiz, que no deja de lamentar que en este peculiar partido de la leche «cada uno hace su guerra y no gana nadie».
Sin cambios a corto plazo
De similar opinión es Francisco Sarabia, secretario de la Asociación Frisona de Cantabria, que agrupa a 900 socios que manejan más de 50.000 cabezas de ganado. Sarabia no espera cambios a corto plazo en la situación. «Los límites que antes suponía la cuota por decreto van a ser sustituidos ahora por los que las industrias reflejen en los contratos. Pero hay un cambio que viene: los que sean capaces de producir de un modo eficiente serán los que interesen a medio plazo a las industrias. Y entre todos debemos ser capaces de poner en valor lo que hacemos, porque producimos a precios más bajos manteniendo la calidad».
Sarabia cree difícil que a corto plazo la industria demande más leche y lamenta que los aumentos de producción que se estaban preparando se hayan parado por la bajada de precios. «Los precios en este momento no son lógicos y en muchos casos están por debajo de los costes de producción», lamenta Sarabia, que cree que aún no se ha estabilizado el descenso experimentado en los últimos meses. La industria compra en este momento a 0,29/0,32 euros el litro y el consenso general es que el nivel de rentabilidad está en 0,35/0,36 euros para un sector que está conformado por 1.481 explotaciones que produjeron 435 millones de litros en 2014. La producción es comercializada por seis cooperativas, ocho industrias transformadoras, once transformadores artesanos, trece compradores industriales y 26 primeros compradores. Representa el 56% de la producción agraria final regional.
La visión de la Consejería de Ganadería es algo más optimista. Para empezar contabiliza que ya en enero se produjo en Cantabria un 6,4% de leche más que en el mismo mes de 2014. Según su responsable, Blanca Martínez, «el sector lácteo en Cantabria ha conseguido incrementar su producción de los últimos años, en un escenario sumamente adverso, con bajos precios unidos a altos costes de materias primas. Eso indica la capacidad del sector para competir en un horizonte sin cuotas», sostiene.
Y hay otro dato que apunta a un optimismo, el de la calidad de la leche que se produce en la región, capaz de competir con los estándares más exigentes de Europa y, además, a un menor precio. Los últimos datos de los análisis realizados en febrero en el Laboratorio Interprofesional Lechero de Cantabria corroboran, según su director Juan Moragas, «una calidad excepcional. El 98% de la leche analizada, que es lo mismo que decir el 98% de la leche que se comercializa en Cantabria es de calidad Súper A, la mayor existente».
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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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