El precio por litro que se liquida a los productores gallegos está ya en el nivel más bajo en cinco años: 28,7 céntimos.
La situación va camino de convertirse en dramática para los ganaderos gallegos. El precio de la leche ha vuelto a caer en abril, encadenando quince meses de recortes y situándose como el más bajo del último lustro.
La cotización media de la materia prima en origen se situó en 28,7 céntimos, un 25 % menos que un año antes. Esto significa que más de la mitad de las granjas gallegas (aquellas que producen menos de 200 toneladas anuales) no alcanzan a cobrar 27 céntimos por cada litro, precio medio que registran esta semana los yogures de las principales marcas de fabricante.
Según los datos que maneja el Fondo Español de Garantía Agraria, Galicia no solo sigue siendo la comunidad con los precios en origen más bajos del país, sino también una de las regiones donde más drásticos han sido los recortes en el último mes. En este sentido, mientras en Asturias, Cantabria o Castilla y León el recorte ha oscilado entre el 3,3 y el 3,8 %, en Galicia llegó al 5,6 %.
Estas enormes diferencias, que dentro del sector productor consideran totalmente injustificables y que las industrias achacan únicamente a las primas por volúmenes de producción, provoca que los ganaderos gallegos cobren por la materia prima que entregan a la industria cuatro céntimos menos que sus vecinos asturianos; 2,7 menos que los castellanoleoneses y hasta siete por debajo de lo que perciben los andaluces, los mejor pagados.
Pérdidas aquí, ganancias allá
Desde el punto de vista económico, el diferencial de precios está provocando que mientras la mayoría de granjas gallegas no consiguen cubrir siquiera sus costes de producción, el 80 % de las del resto del Estado obtienen, en mayor o menor medida, beneficios con su trabajo. Tomando como referencia el precio medio de la leche nacional en abril, se desprende que los ganaderos gallegos han dejado de ingresar en un mes más de 5 millones de euros, cifra que se eleva por encima de los 22 si la comparación se realiza desde comienzos de año.
Las declaraciones obligatorias sobre el volumen de leche recogida, presentadas por las industrias lácteas ante el Ministerio de Agricultura, constatan además una reducción importante de las entregas de leche en Galicia en abril.
En el primer mes sin cuotas lácteas, la producción cayó en más de 20 millones de litros. Situación que resulta paradójica si se tiene en cuenta que varías empresas (la cooperativa Feiraco incluso lo realizó por escrito) han advertido a sus ganaderos sobre las consecuencias negativas que pudiese acarrear el aumento de la producción que parecían registrar la mayoría de las granjas.
Esta circunstancia ha suscitado severas críticas por parte de algunas organizaciones de productores como Unións Agrarias, que denuncia una «deslocalización» de la producción hacia otras zonas que, aun teniendo una menor vocación lechera y unos costes más elevados, están más próximas a los grandes núcleos de consumo. Esta circunstancia es, según el sindicato, la primera vez que se da en las dos últimas décadas, período en el que Galicia ha ido consolidando su dominio en la producción nacional.
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