Casi ninguna cadena gala utiliza el producto como reclamo
La utilización de la leche como producto reclamo en las áreas comerciales está hundiendo las cotizaciones de la materia prima en origen y, con ello, poniendo en serio peligro la continuidad de un sector del que dependen de forma directa o indirecta más de 60.000 personas en Galicia. El bajo precio al que se vende la leche en los supermercados -incluso en ocasiones a pérdidas como ha denunciado alguna asociación de productores- es la principal razón de que los ganaderos gallegos sean los que menos cobran por su producto de toda Europa.
En la práctica totalidad de las grandes superficies comerciales de Galicia es posible comprar, a día de hoy, un litro de leche de vaca a menos de 50 céntimos. Circunstancia totalmente impensable en ningún establecimiento francés, donde el precio de venta al público de un cartón envasado bajo cualquiera de las llamadas marcas blancas se sitúa en el entorno de los 75 céntimos.
Curiosamente, y al contrario de lo que sucede en la comunidad gallega, ninguna de las principales cadenas de supermercados francesas recoge en sus folletos de ofertas para esta semana promoción alguna que incluya la leche. Solo en las superficies dependientes de Carrefour, el segundo grupo de distribución alimentaria a nivel mundial, los productos lácteos forman parte de una campaña en la que la segunda unidad se vende a mitad de precio. Aún así, el coste de la leche más barata en esta cadena se vende a 62 céntimos, un 27 % más cara de la que comercializa esta misma empresa en Galicia.
En la cadena de supermercados Auchan, equivalentes a los Alcampo gallegos, la leche más barata durante esta semana será la que se envasa bajo su marca de distribución a un precio de 4,62 euros el paquete de 6 botellas, lo que equivale a 77 céntimos el litro en su variedad desnatada y a 79 céntimos para la entera. Otro tanto sucede en los establecimientos de las firmas Casino o Leclerc, donde los precios más bajos se situaban en los 74 céntimos. Tanto en la cadena Intermarché como en las franquicias de la firma Systeme U, las marcas blancas oscilaban, dependiendo de su contenido en grasa, entre los 76 y los 81 céntimos. «Existe un pacto non escrito entre produtores, industrias e distribución para que o leite non baixe dun prezo de venda que lles resulta minimamente rendible a todas as partes», apunta el responsable de una organización profesional agraria para quien la solución al problema que afecta al campo gallego pasa por un acuerdo entre todos los agentes que intervienen en la cadena láctea. Algo que, según reconoce, no va a resultar sencillo.
Posición de dominio
«Aquí a industria e a distribución están nunha clara posición de dominio da que vai resultar difícil que queiran saír», argumenta. En términos similares se expresa José Luis Antuña, director general de Feiraco y presidente de la asociación interprofesional láctea, para quien resulta necesario un reequilibrio de la cadena de valor de la leche con el fin de que las granjas puedan repercutir sobre el producto el incremento de sus costes de producción.
«Actualmente son muchos los ganaderos que, con lo que reciben por la leche, apenas logran cubrir los costes de alimentación de las vacas. La cadena de valor del producto tiene que fijarse de abajo hacia arriba y no al revés, como sucede en este momento», señala. Las esperanzas del sector están en la reunión que los representantes de las cadenas de distribución mantendrán con el ministro Arias Cañete. Se espera que los supermercados anuncien una revalorización de los productos lácteos con el fin de que esta subida pueda transmitirse a los ganaderos.
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