La comunidad es la primera productora española, pero apenas el 30 % de la materia prima se transforma en industrias locales.
De las escasas 9.000 granjas que permanecen en activo en Galicia salieron el año pasado casi 2.500 millones de litros de leche o, dicho de otra manera, el 40 % del total producido en España. La comunidad mantiene así un indiscutible dominio en origen que, sin embargo, no se ve reflejado en su peso en la industria que recoge y transforma este ingente volumen de materia prima.
A día de hoy, tan solo dos de las principales lácteas que operan en Galicia tienen capital autóctono. Siete de cada diez litros de leche gallega son adquiridos por empresas o primeros compradores foráneos y prácticamente la mitad del total -2,8 millones de litros diarios- sale de la comunidad en cisternas para completar su transformación en otros puntos de la península.
En términos económicos, de los más de 3.400 millones que se calcula que genera la materia prima gallega en el mercado, apenas 900 se quedan aquí, un 26 %. El resto acaba en empresas de capital francés -las industrias galas copan más del 20 % de la leche gallega-, portugués, suizo o incluso de otras autonomías, como Asturias o el País Vasco.
Si bien no existen datos oficiales sobre los volúmenes de recogida de cada empresa lechera, fuentes del propio sector señalan que la francesa Lactalis, con algo más de 450.000 toneladas anuales, se sitúa como la principal láctea que opera en Galicia, circunstancia que la convierte en un elemento clave a la hora de fijar los precios para la leche en origen. Esta posición predominante del grupo, propiedad de la familia Besnier y que aglutina marcas como Président, Ram o La Lechera, vino marcada por la compra en su día de la división láctea de Ebro Puleva en una dura puja con Pascual. La operación, cifrada en algo más de 600 millones de euros, les permitió hacerse con la planta transformadora de Nadela en Lugo y con casi 400.000 litros de recogida diaria de leche que sumar a los 700.000 que ya procesaban en su fábrica de Vilalba. Varias fuentes con gran conocimiento del sector señalan que la expansión del gigante francés -líder en Europa con una facturación próxima a los 17.000 millones- todavía no ha finalizado e incluso algunas apuntan su intención de hacerse con parte del mercado que ahora controla Leche Río.
Pérdida de contratos
La empresa lucense, propiedad de Jesús Lence, no atraviesa su mejor momento debido, al parecer, a la pérdida de varios contratos de suministro de leche a empresas de distribución. Pese a ello, ocupan el segundo puesto por recogida de leche en Galicia, con casi 400.000 toneladas anuales. Cifra que amenaza con caer seriamente durante este ejercicio al perder o desprenderse de casi un tercio de su materia prima.
En el extremo contrario se encuentran Capsa (Central Lechera Asturiana) y Leche Celta, que continúan aumentando sus volúmenes de recogida y que completan el cuarteto de empresas con mayor peso en el sector en Galicia. La asturiana recoge unas 330.000 toneladas anuales y la segunda, perteneciente a la cooperativa portuguesa Lactogal, algo más de 270.000.
Feiraco, por su parte, aglutina un volumen de leche de unas 130.000 toneladas -ligeramente por detrás de Reny Picot- lo que le permite una cifra de negocio próxima a los 120 millones de euros, prácticamente la mitad de los 227 millones de facturación que declaró Leche Río en el 2013, último ejercicio del que se dispone de datos.
Si bien este desglose se realiza por empresas, hay que tener en cuenta que, actualmente, el tercer comprador de leche en Galicia por volumen de recogida es el grupo de primeros compradores que no tienen industria y que mueven más de 850.000 litros diarios. Estos intermediarios colocan la materia prima en función de las necesidades de determinadas empresas y mientras por un lado se critica su actuación, por otro se cree que están jugando un papel determinante a la hora de dinamizar un sector clave de la economía gallega.
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