El Gobierno quiere implicar a productores, industria y distribución en la búsqueda de una solución
El sector lácteo lleva mucho tiempo en estado de alerta permanente. Los productores aseguran que se han cruzado todas las líneas rojas que marcan la viabilidad de este sector y que se encuentra contra las cuerdas. Para avalar estas tesis, un dato: en los últimos años el número de explotaciones se ha reducido de 140.000 hasta las 22.000 que existen en la actualidad, debido al abandono de la actividad y al proceso de concentración a fin de sobrevivir.
Desde hace tiempo, los ganaderos de leche están vendiendo su producto por debajo de los costes de producción, problema que se ha visto agravado con el fuerte alza de las materias primas agrícolas empleadas para los piensos usados en la alimentación de las vacas. El director general de la Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos para Animales (Cesfac), Jorge de Saja, asegura que España es un país netamente importador de cereales, frente a otros de la UE como Francia o Alemania.
La alimentación supone el 75% del coste de producción y desde enero los precios de los cereales se han encarecido un 30%, afirma el presidente de Asaja-Asturias y de la sectorial de la leche, Ramón Artime, debido en parte a las sequías que han azotado Estados Unidos y Rusia. Además, países emergentes como China, Brasil o India siguen demandando materias primas agrícolas, lo que eleva su precio. Todas estas circunstancias, a juicio de Artime, hacen que la actividad ganadera sea totalmente «insostenible».
Producto reclamo
Este problema se agrava, según las organizaciones agrarias, por la fuerza que ejercen tanto la industria como la distribución a la hora de forzar los precios a la baja. Además, en el caso de las grandes superficies utilizan alimentos básicos como la leche como producto reclamo, y la comercializan a precio de coste, lo que sin lugar a dudas «acaba con el ganadero», afirma De Saja.
Según Luis Calabozo, director general de la Federación Nacional de Industrias Lácteas, esta estrategia es la causa de la «destrucción de valor» del sector lácteo a cambio de la «generación de tráfico de consumidores» para la distribución. «Romper este círculo requiere transparencia y eficencia en la formación del valor», exige Calabozo.
El director general de Cesfac añade que el problema de precios bajos no se debe a una cuestión de oferta y demanda, ya que España es deficitaria en cuota (necesita cerca de tres millones de toneladas al año) y nuestros vecinos comunitarios tienen exceso, lo que hace que muchas veces entre leche a precios más bajos, incluso a 24 céntimos el litro. El precio medio que cobra un ganadero español se sitúa en torno a los 30 céntimos, lejos de los 37 que recibe uno de Italia, indica Artime, y aún más alejado de lo que perciben franceses, holandeses y alemanes.
Sector atomizado
Otra circunstancia que tampoco ayuda es el exceso de cooperativas, que impiden tener una única voz para negociar. En España hay unas 4.000, dato que contrasta con el de Holanda, que cuenta con una única cooperativa tras la fusión de Campina y Friesland Foods. Este gigante, que aglutina a 17.700 socios procedentes de Holanda, Bélgica y Alemania, recoge 9,7 millones de toneladas de leche al año (1,5 veces la cuota láctea española) y se coloca como la tercera empresa láctea mundial, por detrás de Nestlé y Danone. España, además, destina el 60% de la producción a leche líquida, frente a otros como Francia que solo emplea el 25%, y el resto va a la elaboración de quesos, yogures y mantequillas, generando más valor añadido a las industrias.
Las comunidades de Galicia, Cantabria y Asturias son de las más afectadas, especialmente la primera, donde el ganadero puede estar cobrando de media 27 céntimos, lo que ha conllevado el sacrificio de los animales menos rentables. «Estamos arruinados», confiensa con desesperación Alfonso, un ganadero de la región de León que prefiere no dar más señas por miedo a represalias. «Muchos no podremos aguantar más de un año. Desde verano, solo en esta zona han tenido que cerrar seis cooperativas», lamenta sin mucha fe en la capacidad de negociación del Gobierno en Bruselas.
Arias Cañete mueve ficha
El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, puesto en marcha una serie de medidas para paliar la crisis de precios que vive el sector. El viernes firmó un protocolo de colaboración entre los productores, entre los que se encontraban Asaja y las Cooperativas Agroalimentarias; la distribución, representada por Anged, Asedas y ACES; y la Federación de Industrias Lácteas (Fenil). A la espera también, como recuerda Calabozo, de la Ley de Mejora de la Cadena Alimentaria. Otras organizaciones agrarias como COAG y UPA no firmaron el acuerdo. El secretario general de COAG, Miguel Blanco, no cree que el acuerdo tenga un efecto positivo «cuando hay un desequilibrio tan enorme a favor de la industria y la gran distribución frente a los ganaderos».
Además, el Consejo de Ministros celebrado el pasado jueves aprobó un real decreto que incluye medidas como la implantación de un contrato obligatorio entre productores e industria. Estos documentos se firmarán por adelantado e incluirán el volumen contratado y el precio a pagar. La nueva norma autoriza a los productores a negociar de manera colectiva a fin de equilibrar la cadena de valor.
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