El fin del cupo de producción tras treinta años de vigencia en la UE abre una nueva etapa que lleva la incertidumbre a los ganaderos.
Un mes después del fin del sistema de cuotas lácteas, los peores pronósticos que hacía el sector son una realidad. Los ganaderos han firmado contratos, pero la mayoría de las industrias imponen una vigencia inferior al año que marca la ley o fijan precios variables que no atienden a baremos de referencia en los que se tienen en cuenta los costes de producción o las tarifas en el resto de países de la Unión Europea.
Pese a ser el motor del sector lácteo en España, los productores gallegos son los que menos cobran de todo el país, con ofertas incluso por debajo de los 20 céntimos por litro, más de un 33% por debajo de los costes de producción. Y el fin de las cuotas lácteas les ha llevado a una situación de «guerra total» por la «tiranía» de la industria al imponer precios que abocarán al cierre de cientos de explotaciones.
Los sindicatos Unión Agrarias y Asaja coinciden en que abril fue un mes «desalentador» para las explotaciones ganaderas gallegas. El fin de los cupos después de 30 años de vigencia coincidió con la primavera, la estación en la que por tradición la leche cruda baja de precio aunque exista una demanda alta. Pero en este caso pudo más la amenaza de importar leche de fuera que la demanda que existe en los lineales de los supermercados. El secretario de Ganadería de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), Román Santalla, señala que, de momento, se quedó en eso, en una amenaza, «porque no tienen constancia de que Francia desvíe su leche hacia España». Tampoco hay pruebas de la entrada de cisternas con producto alemán o francés. Santalla asegura que, por el contrario, «la coyuntura nacional e internacional está mejor, pero en Galicia la situación es peor que en 2012». Hace dos años y medio, los precios en crudo también se colocaron por debajo de los 30 céntimos por litro y la situación fue tal que se activó una huelga de entregas que forzó a la Consellería de Medio Rural a mover ficha.
Pero ahora el sector no piensa en huelgas, porque no tendrían sentido con industrias que advierten de que no recogerán toda la leche si no se firma el contrato a un precio ya decidido de forma unilateral. Para el secretario de Asaja Galicia, Francisco Bello, en este nuevo escenario hace falta «un diálogo entre todo el sector, para poner puntos en común» y siempre bajo el amparo de las dos administraciones, la Consellería de Medio Rural y el Ministerio de Agricultura.
Santalla recuerda que el departamento que dirige la conselleira Rosa Quintana ni siquiera ha convocado la Mesa do Leite, cuando debería poner en marcha «un plan gallego con capital público», si no quiere que otras comunidades releven a Galicia en el liderazgo de la producción lechera a nivel nacional. Las ganaderos creen que este cambio en el ranking podría darse pese a que Galicia produce casi la mitad de la leche española (2,3 millones de toneladas de un total de 5,96).
Desde la Consellería de Medio Rural, celebraron ayer que pese al «creciente temor» en los últimos días de los productores a no tener quien les recogiera la leche», finalmente «no se quedó nadie sin vender su producción». Las contactos mantenidos en las últimas semanas con industria y productores permitieron, según el departamento que dirige Quintana, llegar a un acuerdo «justo y beneficioso para todos».
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