Los diferentes actores que lo componen coinciden en el diagnóstico y los problemas, pero aún faltan propuestas concretas ante el final de las cuotas lácteas
En el último año, hablar del sector lácteo significa hablar sobre el final de las cuotas lácteas, un sistema vigente desde los años 80 cuya finalidad era regular la producción de leche de cada país, garantizando también su recogida. Es decir, un mecanismo basado en el intervencionismo. Pero a partir del 1 de abril, la liberalización será total. En poco más de un mes no habrá límites de producción, como tampoco garantía de recogida de un producto tan perecedero.
Ante este escenario, las diferentes voces del sector —Administración, sindicatos, industria, distribución y ganaderos— han empleado los últimos meses en valorar lo realizado durante estos años, así como los retos y los deberes pendientes, aún cuantiosos.
Todo ello se volvió a tratar este viernes en Santiago con motivo de una jornada organizada por la Asociación Galega de Cooperativas Agroalimentarias (Agaca) para todas las patas que conforman un sector clave en el desarrollo de Galicia. Unos y otros coinciden en el diagnóstico —con diversos culpables según quien cuente la historia— y las fórmulas deseables en un futuro, pero sobre la mesa faltan propuestas concretas, proyectos que garanticen la viabilidad a largo plazo de un campo que emplea a algo más de 10.000 familias sólo en el primer eslabón de la cadena de valor: los productores.
Fueron muchos los ponentes que tiraron de diapositivas para criticar el papel de las organizaciones de productores actuales, apostar por una mayor transformación (y por tanto, inversión) «más allá del tanque de leche» o fomentar la estabilidad en la política de contratación. «No podemos estar todos los días pegándonos por un céntimo», reprochó uno de los relatores. Luchar por lograr unos «costes eficientes» en las explotaciones aparejados a una mayor competitividad y fomentar un «cambio de actitud» en el ganadero para que se implique en la transformación del producto fueron algunas de las recetas del director general de Feiraco, José Luis Antuña.
Trabajo conjunto
Fórmulas como las de Feiraco, es decir, cooperativas industrializadoras, se han convertido en la niña bonita. Todos apremian a crear más, aunque pocos se atreven a dar el paso. El llamamiento de la Xunta también se fija en la unión, aunque en este caso del conjunto de agentes que conforman el sector. El «objetivo común», según sostuvo la conselleira de Medio Rural, Rosa Quintana, no debe ser otro que buscar la «sostenibilidad» del lácteo. Las recomendaciones son de sobra conocidas, ahora sólo queda plasmarlas.
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