#España: El pueblo que sabe a queso

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Idiazabal se dota de una nueva marca turística y amplía la oferta que hace a los visitantes
¿Hace mucho que no se detiene en Idiazabal? ¿Es de los que nunca se ha acercado a la localidad a la que da nombre el topónimo en euskera que más veces se pronuncia al día en el mundo, convertido en sinónimo del queso de calidad? Si se encuentra en alguna de esas dos circunstancias, es hora de ponerles remedio, sobre todo teniendo en cuenta que esta localidad de poco más de 2.000 habitantes ha repensado y mejorado su oferta turística con una nueva marca, nuevas propuestas y algunos retoques al Centro de Interpretación del Queso Idiazabal que, desde 2006, es el centro neurálgico de una propuesta inevitablemente ligada al producto que ha colocado en el mundo a la localidad. Y que atrae a la misma a un buen número de visitantes.
Algo han tenido que hacer bien en Idiazabal para que a media mañana de un jueves, por muy de julio que sea, coincidan en el pequeño Centro de Interpretación del Queso una decena larga de visitantes procedentes de Valencia, Barcelona, Madrid… Es lo que sucedía mientras en una de las salas el alcalde de Idiazabal, Ioritz Imaz, y el concejal de Turismo, Kepa Oiarbide, junto con la representante del centro, Leire Arandia, y Niko Osinalde, el director de Goitur, la sociedad para la promoción turística del Goierri, daban a conocer los distintos aspectos del nuevo paso que quieren dar en la dinamización del turismo, cuya dimensión económica está empezando a ser muy digna de ser tomada en cuenta en Gipuzkoa, donde representa cerca del 8% del PIB.
Idiazabal ha optado por singularizar y reforzar su imagen con una marca turística propia, trabajando sin embargo en sintonía con municipios cercanos con los que colabora estrechamente y en línea con la estrategia general de promoción turística que establece la agencia de turismo comarcal. Como no podía ser de otra manera, el queso es el alma explícita e implícita de Idiazabal Turismo, tanto en el aspecto gráfico como en el lema elegido, que no es otro que ‘Gazta zaporedun herria-El pueblo que sabe a queso’.
Nuevas propuestas
Un logotipo y una frase sugerente, sin embargo, sirven de poco si detrás no hay contenido. En este caso lo hay. Vinculado al queso, por supuesto, pero no solo a él, ya que Idiazabal ha querido poner en valor otros atractivos que pueden contribuir a completar una visita que, casi con seguridad, en algún momento pasará por el Centro de Interpretación del Queso Idiazabal.
Dentro de los nuevos materiales preparados para los visitantes destaca uno sencillo pero útil: un mapa muy manejable que no solo contiene información útil sino que propone un itinerario que, acompañado de las correspondientes explicaciones -también sencillas y prácticas-, ayuda a no perderse ninguno de los puntos de interés: las hermosas casas de indianos, la iglesia del Arcángel San Miguel (aunque esté cerrada, tiene un exterior extraordinario), las queserías, el mirador, los tramos en los que el paseo coincide con dos rutas de mayor envergadura, el camino de Santiago y la ruta del Queso…
A un mapa tan puesto al día como este no le podía faltar el ya casi inevitable código bidi, que lleva directamente al poseedor de un teléfono con conexión a internet a la nueva página web.
Pero si de lo que se trata es de atraer visitantes y de que pasen en Idiazabal y alrededores el mayor tiempo posible, hay que darles algo que hacer, y no faltan planes, dirigidos tanto a visitantes que acuden a Idiazabal en familia, en pareja o con unos pocos amigos -le llaman ‘turista individual’- como a grupos más amplios.
Está, por supuesto, la casi obligada visita al Centro de Interpretación, que a precios bastantes módicos propone varias modalidades (sin cata, cata con agua, cata con vino…) y puede completarse con una visita guiada de una hora al municipio. El propio Centro de Investigación ha sido objeto de mejoras, como un nuevo equipamiento en la sala de audiovisuales, nuevos paneles y un nuevo txoko destinado al Gazta Eguna.
Para profundizar en la experiencia, sin embargo, se recomienda la visita ‘Saborea lo auténtico’, que tiene dos modalidades de diferente duración y precio pero que, en ambos casos, permite conocer de primera mano la elaboración del queso, gracias a la implicación de la familia Aranburu, de la quesería Ondramuño, y de la pastora Amelia Jauregi, del caserío Baztarrika.
Con la vista puesta en grupos numerosos (más de veinte personas), hay visitas de jornada completa que maridan turísticamente la sidra y el queso y completan las actividades de Idiazabal con una visita a Igartubeiti, en Ezkio-Itsaso, en un caso, y a Ezkio-Itsaso y a Zerain, en otro. En ambos casos, con precios de 32 y 42 euros por persona, son planes que comienzan a las 10 de la mañana y terminan a las 7 de la tarde, con todo incluido en el precio. Y, como recordó Niko Osinalde en la presentación, no hace falta venir de lejos para disfrutar de lo que otros, que sí tienen orígenes lejanos, tanto aprecian. De hecho, ¿hace mucho que no se detiene en Idiazabal? ¿Es de los que nunca se ha acercado a la localidad?
http://www.diariovasco.com

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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