La pregunta del millón, a saber, ¿cómo lograr una gestión eficaz en plena tormenta, cuando todo parece en contra, y sobrevivir a la crisis?, no sólo tiene respuesta, sino que ha sido recogida en el segundo libro del empresario José Manuel Muriel. En «El gestor eficaz. Redefiniendo las características para alcanzar el éxito en la gestión» (editado por ESIC), Muriel enumera nada menos que 29 características que debe cumplir un gestor eficaz y que ayer, en la presentación de la obra, resumió en dos: tener la capacidad de disfrutar de los retos y saber soportar la presión. «El problema de gestión en las empresas es el más frecuente y el que más rápido las deteriora. La ventaja es que es el más fácil de resolver».
Para lograrlo, según Muriel, hay que mantener la mente fría y tener vocación, dos valores que «son válidos en todos los ámbitos: en la familia, en el trabajo o en las relaciones personales».
A esta receta se fueron añadiendo otros valores en el transcurso del debate moderado por José José Antonio Álvarez Gundín, subdirector de LA RAZÓN. Tomás Pascual, presidente del Grupo Leche Pascual, destacó la necesidad de aprender de los errores y de las crisis. «La mayor parte de los gestores no han sufrido una crisis en toda su vida profesional. En mi caso, he vivido veinte años de crecimiento. Ahora nos enfrentamos a la crisis más severa que recordamos y nos ha pillado desentrenados. Por eso es necesario recuperar el ideal de que lo que importa es el cliente», explicó Pascual. Reconocer los errores, identificar los aciertos y saber alimentar la alegría de los empleados fueron algunos de los aspectos que destacó el heredero del grupo alimenticio, quien incidió en la importancia de la experiencia en el liderazgo empresarial.
A este respecto se refirió también Gaspar Zarrías, diputado del PSOE, quien denunció «la paranoia en la que se ha entrado y que nos lleva a prescindir de profesionales con una trayectoria muy válida». «La experiencia en lo público es igual de importante que en lo privado», remarcó. Zarrías pidió aprovechar la crisis para transformar la Administración, incorporando facetas de la gestión privada a las que, sin embargo, no ayuda ni la excesiva burocracia ni la diferencia de sueldos entre ambos mundos.
Otro de los déficits que se enumeraron fue el educativo. Aunque los ponentes coincidieron en que los gestores españoles están bien reconocidos en todo el mundo, José Miguel Lucero, profesor de ESIC, apostó por integrar el mundo empresarial en la formación.
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