La Cooperativa Lar subraya la incertidumbre que rodea el fin de las cuotas, en un sector que domina el oligopolio industrial.
El vacuno de leche se enfrenta a una liberalización de los mercados en una situación de incertidumbre total, también para quienes consiguen márgenes superiores de a la media, como los productores de la Cooperativa Lar, con 62 de sus 130 asociados como productores de leche, que suman 17 millones de kilos de cuota anual.
La competencia con la producción intracomunitaria y la multa por exceder la producción asignada no son las principales dudas para el sector. El problema es estructural: el mercado de la leche «no se ha comportado en los últimos ocho años como la teoría económica señala, porque se rige por el oligopolio de la industria láctea», explica el gerente de LAR, Luis Carlos Fernández.
«No sabemos qué es bueno ni qué es malo. Es un contrasentido que lleven años diciendo a los ganaderos que produzcan más para afrontar la nueva situación y ahora andemos con el riesgo de la multa por la supertasa», añade. Además, «no sabemos cómo van a quedar los volúmenes, que hasta ahora dependía de la cuota de cada ganadero», indicó.
Fernández considera buenos los intentos por «igualar la posición de negociación» de los ganaderos frente a las industrias que pretende el paquete lácteo y el real decreto que lo concreta. Sin embargo, este conjunto de medidas «no es la panacea», por la posición dominante de la industria y de la distribución. «También llevamos años esperando una ley que iguale la cadena de valor para que los márgenes no sean tan ajustados en el primer eslabón y mucho más amplios según nos acercamos al consumidor».
En cuanto a los precios actuales que se pagan al productor, el gerente de LAR considera que los ganaderos están en la cuerda floja. «Cada ganadería es distinta y tiene sus costes diferentes», por lo que considera que no puede hablarse de una generalizada situación de pérdidas, aunque el momento es «delicado, incluso para las explotaciones más profesionalizadas».
LAR inició el envasado de leche como respuesta a una crisis: los años 2007 y 2008, «que fueron terribles» y que, sin embargo, «para nosotros resultaron fundamentales: Nos sirvieron para darnos a conocer, lo que ha redundó en un importante crecimiento de toda la cooperativa. En leche, nos aportaron fuerza para negociar y se incrementó el margen comercial para el ganadero. Pero, sobre todo, al productor le dio el orgullo de ser ganadero, del trabajo bien hecho».
El autoabastecimiento
Lo que está claro que los márgenes no van a volver a niveles de los anos 90 y primeros de este siglo, «sino que van a ser mucho más estrechos» y que «la ganadería intensiva como hoy la conocemos va a desaparecer», asegura el gerente de la cooperativa. Por eso Fernández aboga por un mayor autoabastecimiento del ganadero en lo que a alimentación de su cabaña se refiere, con el fin de reducir los costes de producción. «Aún se mantienen ganaderías que compran el 100% de la comida de las vacas, pero o van a un mayor abastecimiento o no es asumible. Más aún si tenemos en cuenta la volatibilidad de los precios de las materias primas».
Pese a que el cooperativismo puede contribuir a mejorar los márgenes, lo más frecuente en León es que los ganaderos no estés cooperativizados. Fernández señala que el beneficio de la cooperativa no lo marca sólo una mejor venta de la producción. Servicios como el secadero de maíz, el abastyecimiento de combustible, veterinario, ingeniería agrícola e incluso supermercado forman parte del valor añadido de las cooperativas.
http://www.diariodeleon.es
