#España: El ladrillo se comió a Danone

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El empresario Ricardo Fuster se embarcó en actividades inmobiliarias de poco éxito con el dinero de la láctea. Sus antiguas empresas están en concurso de acreedoresHubo un tiempo en que Ricardo Fuster Soler llegó a manejar una sociedad de inversión (Sicav) de patrimonio millonario. Su fortuna, superior a los siete ceros, se la debía a su padre. Fundador de la Granja Fuster, el progenitor tuvo la visión en los años sesenta de unir su negocio de productos lácteos a las familias Carasso y Portabella, para dar tamaño a la filial de Danone en España. En esa fusión está el origen de la planta de la multinacional francesa en la localidad de Aldaia. Todavía hay quien recuerda el magnífico sabor de la nata que los Fuster vendían en un establecimiento de la calle Conde Salvatierra de Valencia.
Hoy, ni Ricardo Fuster Soler ni ninguno de sus hijos figuran en ningún consejo de administración. Muchas de las empresas que crearon gracias al ordeño de la vaca de Danone están en concurso de acreedores. Fuster ya no preside Blue Chip Gestión, una mercantil dedicada a la gestión de fondos que llegó a tener un patrimonio superior a los seis millones de euros. Tampoco preside Visobor, que en 2010 perdió casi 900.000 euros.
Pero la mayor incógnita es saber por qué ha desaparecido del consejo de administración de Sorrosal Inversiones, la sociedad que este empresario cuyo nombre ha saltado a la luz pública por pagar presuntamente un viaje de lujo del exalcalde de Alicante, Luis Díaz Alperi, a Creta, empleaba para canalizar el grueso de sus inversiones.
Sorrosal, hoy en concurso de acreedores, presentaba en 2010 un patrimonio negativo superior a los 28 millones de euros como consecuencia de las pérdidas acumuladas durante años, casi siempre señaladas en el mismo capítulo de sus balances: Deterioro y resultado por enajenaciones de instrumentos financieros.
Sorrasal era el vehículo de participación de las aventuras agroalimentarias de Fuster en Portugal (Frutinatura), y en su sede central de Rocafort. Aquí seguía fabricando productos lácteos a través de la firma Celsamont hasta que Euroserum, el mayor fabricante de leche en polvo de Europa, se hizo con el control de la empresa en 2008 tras comprar el 80 % a los Fuster. Hoy, Lácteos Celsamont también está en concurso de acreedores.
En el año 2010, Ricardo Fuster se apartó de la gestión de gran parte de sus empresas. Ese año fue designado administrador único de muchas de ellas Tomás Gómez Barrientos. Sus hijos también dejaron los consejos.
¿Qué ha ocurrido? ¿Por qué una persona de larga trayectoria empresarial desaparece de escena? Personas que han tenido vínculos profesionales con él sostienen que erró en algunas de sus iniciativas inmobiliarias. Como muchos otros industriales, Fuster se dejó seducir por el dinero fácil y rápido del ladrillo y descuidó sus empresas tradicionales. De esta vertiente empresarial tiene que venir el vínculo de Ricardo Fuster con el principal imputado del caso Brugal, el promotor Enrique Ortiz. No obstante, no hay ninguna sociedad en España que les relacione. «Su padre fue un gran empresario pero él no ha tenido mucha habilidad en los negocios», sostienen personas que conocen su trayectoria.
No es que Ricardo Fuster esté arruinado. Ninguna fuente afirma que así sea. Fuster ha comprado incluso una enorme finca de girasoles en Polonia (donde también tiene negocios) destinados a la fabricación de biocombustibles. Sin embargo, poco queda del pequeño imperio empresarial que llegó a comandar. Su vehículo inversor, Sorrasal Inversiones aparece ahora participado por una sociedad domiciliada en el extranjero Spainvest Holding GMBH.
¿Dónde está la fortuna de Fuster? ¿Qué fue de los dividendos que Danone España repartía de forma generosa a sus familias accionistas año tras año? En 2005, la multinacional francesa ofreció a las familias españolas comprarles el 44 % que poseían en la filial de España. Puso sobre la mesa un cheque de más de 2.000 millones de euros y una oferta de compra permanente que los socios locales tenían la libertad de ejecutar cuando quisieran. Danone nunca ha informado de cómo se repartían el capital estas familias (Carasso, Portabella, Botton y Fuster).
El pasado mes de julio, la multinacional pagó 393 millones de euros a dos accionistas por el 8,75 % del capital de la filial española sin informar de quiénes eran los compradores. ¿Vendió Fuster para hacer caja y recuperarse de sus otras actividades? Secreto corporativo. Lo cierto es que tampoco es ya consejero de Danone, una empresa que su padre llegó a presidir entre 1984 y 1999.
http://www.diariodemallorca.es

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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