La Xunta convocará nuevas reuniones en las próximas horas horas tras las reticencias de la industria – El sector se reúne hoy en el auditorio de Lalín para organizar tractoradas
La Consellería de Medio Rural no consiguió desconvocar el boicot lechero, activo desde las doce horas de esta madrugada. Tras una maratoniana reunión de cuatro horas para lograr un consenso entre productores, industria y distribución, el departamento de Rosa Quintana queda emplazado a organizar nuevos encuentros en un plazo entre 24 y 48 horas, el tiempo que aguantarían los tanques de las explotaciones lecheras antes de tener que deshacerse del producto para continuar con los ordeños.
A la salida del encuentro el secretario xeral de Unións Agrarias, Roberto García, explicó que la distribución sí se muestra dispuesta a subir el precio de la leche en los lineales para que los beneficios repercutan en toda la cadena y, por tanto entre los productores. No obstante, las reticencias de la industria a subir el precio en origen obliga a la Xunta a forzar nuevos encuentros con altos cargos de las principales firmas de recogida. «Sea como fuere, a partir de esta madrugada 12.000 ganaderos dejarán de entregar leche», recalca García, lo que supone dejar de recoger 6,3 millones de litros al día. En la comarca dezana, las cifras tampoco son desdeñables: La mayoría de las 1.100 explotaciones de leche tenían, ayer por la noche, sus tanques vacíos. En cada jornada se entregan 684.931 litros de leche (son 250 millones de litros al año), según los cálculos del secretario general de Xóvenes Agricultores, Francisco Bello. «Todos coincidimos en que no se puede vender leche por debajo de sus costes, pero no todos están dispuestos a colaborar», apunta Bello, en clara referencia a la industria. Las principales marcas dejaron ayer constancia durante el encuentro «de que muchos ganaderos les están pidiendo préstamos para poder pagar los piensos, con lo que al finales las explotaciones acabamos siendo sus rehenes», apunta el líder de Xóvenes.
Durante el largo encuentro, el sector coincidió en que la vertebración industrial lechera en Galicia es débil, y de ahí que para el futuro se piense en vender leche diferenciada del producto alemán y francés, que se utiliza como reclamo en grandes áreas comerciales y a la que no se puede impedir la entrada en nuestro país al estar inmersos en el libre mercado. Bello aclara que ello no es motivo para que Galicia tenga el precio en origen más bajo de todo Europa. «Italia también importa leche y, sin embargo, es uno de los países de la UE con el precio más alto para el producto en crudo», recuerda.
Precisamente a la reunión en Santiago también acudió el presidente de la Unión Leiteira Galega (Ulega), el ganadero rodeirense José Vence. Ésta es la primera organización de productores lecheros de toda España que tienen capacidad legal para negociar con la industria el precio que deben cobrar las explotaciones por su producto. Vence salía ayer convencido de que «el sector industrial no tiene interés en que lleguemos a un acuerdo. Nosotros sí estamos dispuestos a lograr un punto de consenso, pero no a cualquier precio», insiste. Desde Unións y Ulega también se hizo una referencia al papel de la administración. «Nos reunimos por esta cuestión con Alberto Núñez Feijoo el pasado 5 de junio, y hubo que esperar a que convocase un encuentro a escasas horas del inicio del boicot», reprocha Roberto García. Desde Xóvenes, se espera que la administración eche mano de la futura Ley de Márgenes Comerciales para que los beneficios del mercado de la leche se repartan de forma más equitativa entre las granjas, la industria y los supermercados.
Con vistas a un boicot que podría ser indefinido si no se alcanza un acuerdo, a los tanques recién vaciados de las explotaciones se suma el acopio en las tiendas de grandes cantidades de leche, sobre todo foránea. El secretario comarcal de Unións, Román Santalla, apuntaba ayer que, de seguir sin acuerdo, se buscará la entrega de producto al Banco de Alimentos y a las familias más necesitadas de la comarca. A las 12.00 horas está previsto un encuentro de los ganaderos y las organizaciones agrarias en el auditorio de Lalín, tanto para valorar el resultado del encuentro de ayer en Compostela como para organizar tractoradas de protesta. La primera huelga de leche de la historia no busca desabastecer el mercado, sino «llamar la atención por unos precios que están a 10 céntimos por debajo de lo que cuesta un kilo de pienso» y que se mueve en los márgenes de los años 80.
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