España: Cinco desafíos lácteos a los que no se ha dado respuesta

Los problemas que arrastra el sector están claros.
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Los problemas que arrastra el sector están claros. Pero, tras varios años, las soluciones no se vislumbran o no son efectivas.
Todos los agentes que intervienen en el sector coinciden a la hora de señalar las principales carencias que registra la producción de leche en Galicia. Sin embargo, aunque los problemas parecen claros, las soluciones no llegan o si lo hacen no están resultando tan efectivas como se creía inicialmente.
Mejorar la cadena de valor
La ley de mejora de la cadena alimentaria no ha conseguido, por el momento, dar solución a los graves desequilibrios que históricamente viene presentando, por ejemplo, el proceso de formación de los precios lácteos. Al contrario de lo que sucede en otros sectores, y tal y como vienen denunciando de forma sistemática las organizaciones profesionales agrarias, la cadena de valor de la leche se forma de abajo hacia arriba, y no a la inversa. Es decir, los precios los marca la distribución que a su vez se los impone a la industria y esta, a su vez, al productor.
Pese a las inspecciones que, al parecer, ha ido realizando la AICA (Agencia de Información de la Cadena Alimentaria) en aquellos supermercados donde se comercializaba leche a precios anormalmente reducidos, sigue habiendo establecimientos con cartones de leche a menos de 56 céntimos, cantidad considerada inaceptable por responsables gubernamentales.
Escasa capacidad de negociación del ganadero
Tampoco el denominado paquete lácteo ha conseguido uno de sus principales fines y que no era otro que el de mejorar las relaciones contractuales entre industrias y productores. Los contratos lácteos, una de las principales medidas de ese conjunto normativo, han resultado escasamente útiles por la escasa capacidad de negociación de los ganaderos, que se ven obligados a firmar la propuesta que les realiza la industria. El supuesto exceso de producción y las dificultades para cambiar de empresa propician en gran medida la posición de dominio de las lácteas sobre los ganaderos.
Dar valor añadido a la leche
Tradicionalmente la industria láctea asentada en Galicia ha apostado por meter leche líquida en un cartón. Práctica que podría ser aceptable en un mercado deficitario como el nacional, pero que parece poco efectiva a medio y largo plazo.
Al contrario de lo que ha sucedido en el resto de Europa, aquí apenas se han puesto en marcha inversiones destinadas a la industrialización y valorización de la leche. Intentos de promocionar el producto autóctono como Galega 100 % o la etiqueta PLS (Producto Lácteo Sostenible) tampoco han tenido los resultados esperados.
Vertebrar el sector
El sector lácteo, principalmente el productor, sigue estando excesivamente atomizado y desestructurado. Ni siquiera las llamadas Organizaciones de Productores -figura recogida en el paquete Lácteo con la que se pretendía mejorar la capacidad negociadora de los ganaderos- ha resultado efectiva.
Tampoco se ha conseguido, ni siquiera con la aplicación de la conocida extensión de la norma que la dota de mayores fondos, dar mayor protagonismo a la interprofesional láctea. Entidad esta que en países como Francia resulta fundamental para el desarrollo del sector.
Reducir costes y mejorar la rentabilidad de las granjas
Teniendo en cuenta la escasa capacidad de las granjas para incidir en aspectos esenciales para su actividad como los precios de la leche o de los piensos, su papel pasa irremisiblemente por intentar producir lo más barato posible.
Como apuntan desde el propio sector, esto solo se consigue reduciendo los gastos de alimentación -representan ya más del 60 % de los costes totales de producción- y cultivando dentro de la propia granja la mayor cantidad posible de alimento para el ganado.
En este sentido, sigue registrándose una carencia importante de base territorial en la mayoría de las granjas. En buena parte propiciada por las escasas y poco eficientes medidas que se han puesto en marcha para facilitar el acceso de los ganaderos a mayor base territorial.
Un cóctel de sequía, bajos precios y un contexto global poco propicio
La situación del sector primario gallego tiene numerosas urgencias, que empiezan por el precio que se está pagando por la leche -en mínimos, coincidiendo además con el fin de las cuotas lácteas-, y que sigue con el alza de materias, con la fuerte competencia de un sector ahora liberalizado en el continente, y con la sequía del pasado julio, que ha supuesto importantes pérdidas para el sector. Esta última ha provocado que no germine -o lo haga más tarde- el maíz, algo básico para la explotaciones lácteas. La falta de agua también la han notado los productores de patata.
El contexto global no ayuda tampoco. La cotización de los productos lácteos industriales sigue en caída libre. Derivados como la leche en polvo, la mantequilla o el queso chédar, que sirven como referente oficioso a la hora de establecer los precios de la materia prima en origen, registran las cotizaciones más bajas de los últimos cinco años.
Si hace justamente dos años, productos como la leche en polvo desnatada registraban máximos históricos con precios superiores a los 5.100 dólares por tonelada, actualmente su cotización ha caído hasta los 1.419. Otro tanto sucede con la mantequilla: su valor ha caído más de un 40 % en cinco meses.
Detrás de esta situación parece estar un exceso de producción en los mercados mundiales -Estados Unidos y Nueva Zelanda- y cierta relajación en las curvas de consumo que venían registrándose en mercados emergentes.
http://www.lavozdegalicia.es

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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