El aporte del agro al desarrollo regional

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En los últimos 30 años el agro se ha convertido en una de las principales fuentes de ingresos para el país
El sector es además un incentivador de innovación y de introducción de nuevas tecnologías, junto con el crecimiento socio-económico de una importante cantidad de chilenos. Así, determinadas actividades se han transformado en verdaderos motores de la zona donde se insertan, cambiando la cara y conocimientos de comunidades y de sus habitantes. Eso sí, mucho de este desarrollo viene de la mano de empresas transnacionales, que se instalan a hacer lo suyo y, poco a poco, sus conocimientos y recursos permean al resto del lugar empujándolo a avanzar. En esta edición, Revista del Campo da a conocer cinco ejemplos donde el agro ha marcado un antes y un después, con sus beneficios y desafíos por resolver.
Leche neozelandesa made in Chile
La llegada de inversionistas ha marcado una inyección de tecnología y salto productivo en la leche. Hace rato que empresas grandes, de países que van desde Dinamarca a Estados Unidos, se han instalado en el país. Pero sin duda, fueron los neozelandeses, especialmente Manuka, los que más impacto han tenido en la zona donde se han instalado.
Con un modelo productivo que en gran porcentaje se aleja de la fórmula de confinamiento de las vacas -que usa el 90% de la industria en el mundo, alimentadas con concentrados y granos- y prioriza la alimentación en praderas, la compañía se ha convertido en una importante productora lechera, si no la mayor, en el país desde que llegaron en el 2005.
En Manuka dicen que escogieron Chile por la capacidad productiva, del forraje por hectárea, además de los buenos suelos, la temperatura y la pluviometría.
«Chile tiene condiciones únicas con relación a otras regiones del mundo. Ahora, nuestra decisión, además, obedece a factores macro económicos, y de estabilidad para inversiones en el largo plazo», explica Juan Carlos Petersen, gerente general de Manuka.
Hoy la empresa tiene 22 mil 500 hectáreas, entre las regiones de Los Ríos y Los Lagos, y están en producción alrededor de 8 mil ha, con 24 mil vacas en ordeña, alcanzando un volumen que supera los cien millones de litros.
Aunque han tenido algunos problemas en términos de las relaciones laborales con las fórmulas de trabajo permitidas en Chile.
«Llegaron varios kiwis (neozelandeses) y otros se fueron. En el caso de Manuka, está bien su llegada en la medida en que sea un aporte para la zona. Han tenido algunos inconvenientes, como toda empresa de afuera han querido imponer su doctrina de trabajo, que viene de la realidad de su país, sin los resultados deseados», explica José Antonio Alcázar, gerente técnico de SAGO.
La empresa da su explicación a esto.
«La ley laboral para el sector agrícola no se ajusta a la realidad de rubros como el lácteo, eso también pasa con la fruta y otros sectores agroindustriales. Hay que hacer ciertos ajustes y flexibilizar la ley laboral, para dar mayor soporte al sistema y fomentar el desarrollo social en todas sus dimensiones, lo que conllevará el gran crecimiento dado el potencial que tiene nuestro sector lácteo en Chile. Pero no es algo de Manuka, pasa en todos los sectores y en distintas empresas. De todas formas, a través del gremio Fedeleche, se ha avanzado y se han dado las señales adecuadas y en la dirección correcta», explica Petersen.
Para la región la llegada de esta compañía ha significado efectivamente un nuevo modo de producir. Para los productores de leche ha significado aprender nuevas formas de trabajar el negocio, de cómo alimentar las vacas, para obtener una mejor producción -ya sea en volumen o en calidad-; cómo nutrir y trabajar la pradera para que sea más eficiente y, cambios en la forma del manejo animal. Además, ha implicado que muchos escolares, especialmente de escuelas técnicas, estén no sólo aprendiendo inglés, sino que incluso estén viajando a Nueva Zelandia. Esto porque establecimientos como el Liceo Agrícola de Río Negro, o el Instituto Adolfo Matthei, han suscrito convenidos con organizaciones en Nueva Zelandia para enviar a jóvenes a hacer prácticas en ese país. Es decir, está subiendo el nivel del conocimiento técnico y la capacitación de los trabajadores y de los jóvenes que en el futuro próximo se insertarán al mundo laboral o crearán sus propias empresas.
Revista del Campo

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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