En carta al nuevo ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri Valencia, el presidente de Fedegán, José Félix Lafaurie Rivera, alertó al Gobierno sobre los factores que está generando una tendencia creciente de importaciones de leche en polvo proveniente de Estados Unidos, principalmente.
“A diferencia de oleadas de importación en el pasado, bajo el argumento de expectativas de escasez por estacionalidad climática que nunca fueron tan ciertas, y de beneficio al consumidor final que tampoco se concretaba en menores precios, la tendencia actual obedece a factores totalmente exógenos del mercado internacional”, manifestó Lafaurie.
Indicó que en medio de las dificultades que la ganadería y todo el sector agropecuario están enfrentando por cuenta de fenómeno de ‘El Niño’, la situación del mercado internacional de la leche ha variado sustancialmente y presenta una caída de precios que afecta negativamente la competitiva”.
Dijo que la caída de los precios del maíz en Estados Unidos se ha trasladado a la leche fresca y, adicionalmente, tanto China, por sobreabastecimiento, y Rusia, por razones políticas, han suspendido sus compras a Estados Unidos, Europa y Australia.
“Esta sobreoferta a precios bajos tiende a trasladarse a países como el nuestro, con contingentes aprobados y sin oportunidades de competitividad precio. Mientras nuestro precio se encuentra alrededor de US$5.500 por tonelada, Estados Unidos reporta precios de US$3.713 y Nueva Zelanda de hasta US$3.000 por tonelada. Así es imposible competir”, señaló.
Explicó que para el caso de leche entera, en julio presentó incremento de compras a Estados Unidos del 634% frente al mes anterior. Además, dijo que para el total de leche en polvo, tanto entera como descremada, las importaciones pasaron de 440 a 1.284 toneladas entre junio y julio, con un incremento de 192%.
Agregó que las importaciones totales sumaban 2.785 toneladas al mes de junio, equivalentes a solo 12,61% de los contingentes aprobados para 2014, de 22.079 toneladas de leche en polvo entera y descremada.
Adicionalmente, advirtió que si la industria decide traer todas esas 22.000 toneladas a precio de oportunidad, a lo cual tiene derecho, el impacto sería desastroso para la producción nacional, ya afectada por el clima.
“Se trata de la suerte de cerca de 450.000 familias colombianas que derivan total o parcialmente su sustento de la producción lechera, con un gran componente de pequeños productores minifundistas; además de los innumerables empleos directos e indirectos generados por la cadena en su eslabón primario. Nuestro compromiso es con ellos”, argumentó
Finalmente, aseguró que ha querido advertir al Gobierno a través del nuevo Ministro, sin alarmismos innecesarios, pero con el realismo que se impone.
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