Colombia: Precio de leche al productor es igual al de 2006

Los lecheros argumentan que mientras el precio al productor siempre está a la baja, sucede lo contrario con los costos para el consumidor.
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Los lecheros argumentan que mientras el precio al productor siempre está a la baja, sucede lo contrario con los costos para el consumidor. Además, consideran que no hay estímulo al consumo, uno de los más bajos de la región.
Cuando a un campesino le pagan por su producto el mismo precio de hace una década, significa que la quiebra y la ruina lo rondan día y noche. Su estado económico es caótico.
Pues esa situación la están padeciendo los productores de leche en Colombia desde hace cerca de ocho meses, un sector que involucra a 450 mil familias colombianas; 250 mil son productoras y 200 mil trabajan en la cadena láctea.
De acuerdo con un informe elaborado por Fedegán, siete agremiaciones lecheras y productores particulares, en términos reales los $800 que se le pagan al productor por litro de leche equivalen a los recibidos en 2006 por esa misma cantidad.
Si se mira el precio nominal del litro de leche pagado en la finca al productor, éste, de acuerdo con el estudio, entró en “franco estancamiento desde mayo de 2012, precisamente la época de entrada en vigencia del TLC con EE.UU.”.
Pero si a ese valor actual se le aplica, al menos, la inflación de nueve años, ese litro de leche debería tasarse, mínimo, por encima de los mil 100 pesos.
Costos altos
Y es que el productor de leche está entre la espada y la pared: le pagan barato su producto y, a veces, ni siquiera se lo compran; pero producirlo tiene unos altos costos, los cuales, incluso, en el caso de los insumos, lideran el ‘ránking’ en América Latina.
Muestra de lo anterior se palpa con un simple ejemplo: “Un medicamento que en Colombia vale US$100 en Brasil cuesta US$45, en Uruguay US$55, en México US$56, en USA US$75, en Argentina US$81 y en Inglaterra US$87”.
Y como si fuera poco, el campesino tiene que pagar por una gasolina más cara, incluso por encima de Corea, país que tiene que importarla. Además, el acpm, cuyo precio es similar al de la gasolina, impacta de manera directa cuando se usan tractores, motobombas y tanques de frío.
Para rematar, la energía eléctrica en Colombia tiene los valores más altos en Suramérica, con 15,5 centavos de dólar por kilovatio. En Carolina del Sur, en EE.UU., un epicentro productor, es de seis centavos de dólar. En ganadería, la energía representa el 5% de los costos totales. Y como si fuera poco, según el estudio, hay asimetría “en la transmisión de precios. Cuando el precio internacional del maíz sube, el precio doméstico de los concentrados sube; pero si el precio internacional del maíz baja, el de los concentrados no lo hace. Igual ocurre con las sales mineralizadas y fertilizantes respecto al fósforo, potasio y petróleo”.
Y además, el predial que se paga por las fincas ha tenido incrementos tan altos, que su incidencia es de primera línea en el rango de costos.
Oligopolio y poco proceso
Los productores estiman que mientras en Colombia se producen anualmente seis mil 700 millones de litros de leche y los industriales solo procesan tres mil 200 millones, se autoriza la importación de leche y lactosueros, medida que quiebra a miles de personas en el país.
Frente al acopio, la industria y las cooperativas representan el 47% y la procesada en la finca e informalidad llega al 45%. El autoconsumo en la finca es del 8%. En el documento, se estima que en términos de intercambio de la industria y los productores, se muestra gran deterioro en los recientes 25 años.
“Antes el productor recibía el 65% de la venta al público (industria); en esta crisis el ganadero ha llegado a recibir solo el 36% de la venta al público, si se la compran”, indica.
Y para tener términos equivalentes, estiman que el productor debe recibir, como mínimo, el 50% del valor de esa venta, ya que el proceso industrial de transformación no dura más de hora y media.
“Enlechada”, el comodín de todos los años
Según el documento, los precios de la leche son afectados por un mercado oligopsónico (cinco industrias manejan el 60% de las compras) y altas importaciones. Muestra de lo anterior fue lo acontecido en 2014, cuando la entrada de leche extrajera fue del orden de las 28 mil toneladas y en el primer trimestre de 2015 supera las nueve mil toneladas, un 178% más frente a las efectuadas en el mismo periodo de 2014.
Ante la crisis provocada por la supuesta “enlechada”, que a juicio de los productores es el caballito de batalla anual de la industria para bajar los precios, los productores estiman que se debe tomar medidas para evitar la quiebra del sector.
Consideran que se debe acudir a los mecanismos de la OMC para acceder a la Salvaguarda Global, la cual se valida cuando un sector está siendo afectado por la importación y su estadio invade lo social.
Además, estiman que la industria viene “forzando a que el Gobierno desmonte el sistema de paso que se tiene y lo reemplace por total libertad de precio”. Con lo anterior, en concepto de los productores, pagarían precios irrisorios al campesino e irremediablemente el sector desaparecerá, con consecuencias funestas para el país.
Ecuación que no cuadra
En el país se paga a $800 el litro al productor y en el mercado informal se consigue a $510.
Hay situaciones, en concepto de los productores, que no son entendibles y que impiden incentivar el consumo.
Por ejemplo, un litro de leche entera vale $1.800 en la tienda; es decir, 154% más que el litro adquirido en la finca.
El litro de leche deslactosada se tasa en $2.800, lo que significa un 294% más que lo pagado en el predio productor. Otro de los precios que estiman altos son los $1.800 cancelados por un vaso de yogurt de 150 gramos, que es una ración para una persona.
Y como si fuera poco, una bebida de 250 mililitros a base lactosueros, que literalmente es un subproducto en la producción de quesos, se comercializa a 700 pesos, tan solo 100 menos que el precio que se paga al productor en la finca. Además se tiene la competencia de las gaseosas, las cuales valen $1.700 en un envase de 300 mililitros y la del agua pura en botellas a $1.800.
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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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