La fórmula con que se calcula el monto que se paga a los productores fue concertada en 2012. La sostenibilidad del mecanismo es asunto de debate, por lo que se acordó estudiarlo.
La forma como hoy se calcula anualmente el precio de la leche que se paga al productor contempla, entre otros, aspectos de calidad en cuanto a higiene y composición, por ejemplo, de proteínas o grasa. Sin embargo, la fórmula actual fue establecida hace cinco años, cuando elementos como la coyuntura de la elevada tasa de cambio no estaban en el panorama.
La Asociación Nacional de Productores de Leche (Analac) esperaba que los precios subieran este año y se anticipó a expresar su preocupación, pues los costos de la canasta de producción, que incluye principalmente medicamentos, abonos y concentrados, siguen al alza.
La inconformidad no se hizo esperar una vez la cartera de Agricultura anunció la semana pasada que, con base en la fórmula que en 2012 fue acordada por el Consejo Nacional Lácteo, los precios que se pagan al productor no subirían de ahora a 2016.
El argumento del Ministerio fue que “las condiciones del mercado en términos de la creciente oferta por parte del sector primario, la respuesta positiva en términos del volumen captado por la industria láctea, el relativo crecimiento de los inventarios y la fuerte incidencia del mercado externo, particularmente la caída del precio internacional, incidieron para mantener estables los precios pagados al ganadero”.
De inmediato, Analac pidió que se revise la fórmula con que se calculan los precios, pues la sostenibilidad de la producción hace agua de cara a factores externos como la tasa de cambio. “Por un lado, un dólar bajo pone en riesgo la actividad, haciendo atractivo para la industria sustituir las compras nacionales por producto extranjero a un precio menor; y por otro, un dólar alto impacta directamente la canasta de costos, al incrementarse el precio de insumos indispensables para la producción”, dijo Analac el 5 de marzo, un día después de definidos los precios.
Carlos Alberto Estefan, gerente general de Analac, reconoció que su llamado tuvo “acogida”. El Ministerio de Agricultura convocó a una reunión del Consejo Nacional Lácteo, del que hacen parte, por la industria, la Asociación Colombiana de Procesadores de Leche (Asoleche); la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi); por las cooperativas, la Federación de Cooperativas Lecheras (Fedecoleche), y por los productores, Analac y la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegán).
En el encuentro se acordó “adelantar un plan de choque para revisar la fórmula que fija el precio de la leche al productor”. Se delegó a una comisión de precios para que presente un estudio antes del 30 de abril y que fije “un cronograma que permita evaluar y definir los procedimientos, para adecuar la fórmula y ajustarla en beneficio del sector lácteo”.
El viceministro de Asuntos Agropecuarios del Ministerio de Agricultura, Hernán Miguel Román, dijo a este diario que la reunión no tuvo como objetivo atender al llamado particular de un gremio en específico, sino de propender por la competitividad de toda la cadena. Analac, por su parte, ve como un escenario ideal que así como se le dice al productor que no se subirá el precio que se le paga por la lecha cruda, tampoco aumentarán los costos con los que tiene que correr para producir.
Jorge Andrés Martínez, director ejecutivo de Asoleche, expresó que “es fundamental que se comiencen a medir costos de producción en la ganadería lechera, porque no hay información oficial” al respecto. Pero, más que eso, ve como esencial “trabajar sobre lo estructural del sector y no sobre coyuntura de precios”. Es decir, fortalecer los programas de asistencia técnica, competitividad y encadenamiento productivo. “Este año la Unión Europea (UE) va a desmontar el sistema de cuotas de producción, lo cual quiere decir que los países altamente competitivos de la UE comenzarán a exportar masivamente. Ahí tenemos un riesgo”, dijo.
Respecto a la incidencia que las discusiones en el seno del Consejo Nacional Lácteo puedan tener sobre los precios del mercado al consumidor, el viceministro expresó que “lo que se busca es la competitividad de la cadena para que también se generen precios al consumidor que sean adecuados. Si los precios son más asequibles, habrá más consumo”.
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