Para los empresarios de Nueva Zelanda, Colombia es considerada como un gran potencial de desarrollo en cuanto a la industria lechera se refiere, pues no solo cuenta con algunas zonas climáticas similares, sino que desde ya se adelantan exploraciones de negocios para firmar un TLC.
Así lo explicó la agregada Comercial de la Agencia de Fomento de Negocios Internacionales de Nueva Zelanda, New Zealand Trade & Enterprise para Chile, Perú y Colombia, Rhianon Berry, quien dialogó con EL NUEVO SIGLO sobre las expectativas locales.
También explicó que más del 80% de las plantas de procesamiento de carne de Nueva Zelanda actualmente son certificadas para faenar la carne de acuerdo a las exigencias, “y emplean alrededor de 200 personas calificadas para trabajar en este tipo de plantas. Un paso importante para Nueva Zelanda fue desarrollar un método de matanza que consiste en aturdir a los animales antes de su matanza”.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cuáles son las expectativas de Nueva Zelanda en el país?
RHIANON BERRY: En el sector agropecuario de Colombia vemos mucha potencia para colaboración entre empresas de ambos países y para mejorar la productividad.
Actualmente Nueva Zelanda, con 4 millones y medio de personas, alimentamos a 40 millones de personas en el mundo, pero no hay más espacio en Nueva Zelanda para aumentar la producción.
Es un gran mercado global que requiere abastecimiento y creemos que junto a países de Suramérica como Colombia, podemos lograr una gran producción, probablemente en lácteos pero hay otros productos que podemos trabajar en conjunto.
ENS: ¿Cómo va la apertura de mercados en la industria?
RB: Los principales mercados de Nueva Zelanda son Asia Pacífico, del sector lácteo exportamos el 95% de nuestra producción pese a que somos un mercado muy chico.
Nuestro principal mercado es China, seguido por Australia y estamos fomentando aperturas de mercados dentro de Asia Pacífico. Tenemos acuerdos como el P4 que abarca Singapur, Rumania y Chile, y se va a expandir hacia el TPP que incluye a Estados Unidos, Perú, México y Japón.
ENS: ¿Cuál es la meta principal con Colombia?
RB: En realidad empezamos hace poco. Hubo una visita del primer ministro de Nueva Zelanda, John Key, en marzo y llegó con 20 empresarios de distintos rubros de agricultura. Venían por primera vez y abrieron sus ojos a las posibilidades.
En mayo el ministro de Comercio vino para participar como observador en Cali, pues lo somos en la Alianza del Pacífico y el presidente Santos y nuestro primer ministro hablaron de la posibilidad de hacer un acuerdo binacional. Ese estudio ya está en marcha y estamos próximos a abrir negociaciones.
ENS: ¿Qué puede aprovechar Colombia de los avances neozelandeses?
RB: Nueva Zelanda es avanzada tecnológicamente en el sector agropecuario pero el sistema de producción de leche es en base a las praderas y no es muy complejo.
Hay tecnologías que se pueden utilizar como los cercos eléctricos, hay otras para manejo animal como los aretes de identificación electrónica y un dispositivo para leer la información del animal acompañado de un software.
Son tecnologías y sistemas fáciles de replicar y adaptar a las condiciones locales.
Se ordeñan 400 vacas por hora con una persona y eso es tecnología pero también es sistema. Hay tetaras robóticas rotatorias y rápidas, el animal va solo.
La genética animal es importante, pues para producción de leche es indispensable mirarla con base en praderas. No sirve tener un animal muy grande que requiere mucho alimento para producir la misma leche con un animal que es más bajo.
ENS: ¿Cuál es el prototipo de animal ideal?
RB:Normalmente es más pequeño y también seleccionamos para que las patas sean fuertes, pues nuestros animales caminan mucho, mínimo dos veces al día a la sala de ordeño. Dependiendo del sistema también se selecciona por la ubre, pues hay algunas que son muy bajas y se pueden contaminar con el lodo.
También hay selección para facilidad de parir ya que la genética contribuye con el 60% de la calidad de la leche, el resto es alimentación y demás.
ENS: ¿Cómo se replica en cada país?
RB: Se empieza el diálogo con la gente para aprender sobre las adaptaciones que requerirán sus productos porque no transplantamos la tecnología de un lugar a otro, sino que trabajamos con la gente de un lugar para adaptar el sistema y la tecnología a sus necesidades y su realidad.
ENS: ¿Cómo utilizan la tecnología sin dañar el medio ambiente?
RB: Tenemos una industria de turismo importante y eso tiene que convivir con la industria láctea, sería imposible tener uno sin el otro.
Tenemos una norma de medio ambiente que así lo exige. En la sala de ordeño todos los purines (abono) están regados por el productor y van a un pozo.
Luego tenemos una tecnología de esparcidores de riego de purina, en los potreros para fertilizar, y es imposible que ese material entre a los sistemas de agua.
Además, hay zonas de Colombia en las que las semillas de Nueva Zelanda podrían ser eventualmente aplicadas como en zonas montañosas, pues en los predios tropicales sería más difícil.
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