Completamente incinerada quedó la bodega de Lácteos La Florida en el municipio de Puerto Rico, departamento del Caquetá, luego de una conflagración que se originó al tratar de mover un tanque de gas industrial que se encontraba en el lugar.
El hecho se registró cuando un maquinista que operaba una retroexcavadora y tres personas más realizaban el traslado a otro lugar de la pipeta gigante de esta empresa, lo que ocasionó el daño en la válvula que generó una fuga de gas y posteriormente una explosión.
“Los de Gas Caquetá nos pidieron que viniéramos a sacar un tanque de gas, de La Florida. Los señores nos dijeron que eso no tenía gas, incluso en La Florida también dijeron que estaba vacío. Yo la verdad de eso de gas no sé nada y con confianza comenzamos a manipular el gigantesco cilindro. Lo enganchamos y en el momento que lo íbamos a alzar se ladeó; lo bajamos, le pusimos unos palos, le hicimos un nudo a la cadena para volver a subir, y ahí se volvió a caer y dañó la válvula, generando un escape de gas. De inmediato todos salimos corriendo”, señaló Edwin Arango, conductor de la retroexcavadora.
Los cuatro hombres se salvaron de milagro, pues tan sólo 30 segundos después de haber salido de la bodega, el cilindro explotó, seguido de dos detonaciones más que interrumpieron la tranquilidad de los residentes del lugar.
En menos de dos minutos las llamas se apoderaron de la bodega, alcanzando una altura de diez metros y afectando las viviendas del lado y del frente del lugar del incendio. Tras el accidente los voluntarios del Cuerpo de Bomberos de Puerto Rico acudieron hasta la bodega para sofocar las llamas.
“Los habitantes que están ubicados frente a la bodega, estuvieron en riesgo, y si no hubiéramos podido extinguir el fuego las pérdidas materiales se habrían elevado y hasta hubiéramos tenido pérdida de vidas humanas, pero gracias a Dios pudimos controlar las llamas”, expresó José Domingo Herrera, comandante del Cuerpo de Bomberos de Puerto Rico.
Aunque las pérdidas no han sido cuantificadas, se estima inicialmente que superan los 200 millones de pesos, teniendo en cuenta que la retroexcavadora que se había utilizado para mover el tanque quedó completamente incinerada, así como los daños que sufrieron cinco viviendas y varias motocicletas.
El hecho dejó un voluntario del Cuerpo de Bomberos de Puerto Rico con quemaduras en su brazo y pierna izquierda, quien en el momento de la explosión salió a buscar a su hijo que jugaba cerca del lugar de los hechos.
