Colombia: Es incierto el futuro de planta #lechera de Lérida

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Las instalaciones no funcionan desde hace año y medio, según el Incoder. Productores de Lérida y varias alcaldías del Norte del Departamento intentan reactivarla.
Alrededor de cuatro mil 500 millones de pesos requeriría la planta de leche de Lérida para reactivar sus operaciones acorde con las necesidades actuales del mercado.
Así lo confirmó Gonzalo Segura Otálora, director Territorial del Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (Incoder), quien aclaró que productores y la administración local de Lérida intentan ponerla de nuevo en funcionamiento.
El funcionario no descartó que el complejo, que fue donado por el gobierno italiano hace más de dos décadas y que no registra operaciones desde hace casi año y medio, pueda ser entregado a un privado para que vuelva a funcionar.
Lo anterior, porque los equipos con los que cuenta la planta pasteurizadora están obsoletos, luego de más de 20 años, y los recursos que se necesitan para su modernización, según Segura Otálora, son cuantiosos.
Cooperativas
A lo largo de dos décadas, la planta estuvo en manos en dos ocasiones de cooperativas, que según el Director del Incoder en el Tolima, no la administraron como se debía.
La primera de ella, Aprolac, la entregó con varias deudas por concepto de pagos a trabajadores, servicios públicos, entre otros, y además “los equipos de maquinaria y vehículos no tuvieron un buen mantenimiento”.
De acuerdo con el funcionario, pese a que la Cooperativa contó con el acompañamiento del Gobierno nacional para la administración de la planta, “no tuvieron en la parte gremial esa experiencia para poder apropiarse de un proyecto tan grande y poderlo manejar”.
Luego de que en 2004 la planta quedó a cargo del Incoder, se conformó la cooperativa Coagromur, que agrupó a ganaderos y productores de leche de Murillo y Lérida, con la que el Gobierno nacional firmó un comodato.
En 2005 Coagromur se asoció con Alquería, empresa que se encargó de la administración y operación de la planta por un término de cinco años.
En ese entonces, las instalaciones contaban con dos líneas de pasteurización con capacidad para producir unos cinco mil litros por hora cada una.
Aunque el Directivo reconoció que con la llegada de Alquería la planta funcionó bien por varios años, afirmó que el papel de Coagromur no fue el mejor.
Y señaló que los productores asociados “pensaban que era solo recibir un porcentaje por el litro de leche comprada en la planta y no más, no hacer absolutamente nada más”.
Contra el tiempo
Al lado de los inconvenientes que hubo con la administración de las dos cooperativas, se sumó la culminación del convenio con Alquería.
La compañía ofreció invertir y modernizar la planta, siempre y cuando se ampliara el convenio a 20 años, con el fin de recuperar la inversión, pero como no se llegó a ningún acuerdo, las instalaciones fueron devueltas.
Gonzalo Segura explicó que debido al paso del tiempo y a la evolución del mercado, en la actualidad los productos que puede generar la planta están en desventaja con otros que tienen valor agregado.
Por ejemplo, dijo que en la actualidad los consumidores en el país y, en el Tolima, buscan otros productos como la leche larga vida, que no puede ser producida en los equipos de la planta.
“Esa planta no está diseñada para producir leche larga vida, si no leche pasteurizada”, indicó, y agregó que “la planta debe hacer una reconversión para lo que en este momento solicita el mercado”. Esa reconversión hacia la viabilidad podría alcanzar los cuatro mil 500 millones de pesos, según el Director del Incoder.
Reactivación
Gonzalo Segura Otálora informó que el Incoder ha buscado reactivar la planta, en un proceso que ha durado varios meses y presentó a esta redacción varias actas como prueba de las reuniones efectuadas.
Los encuentros, dijo, han agrupado a productores interesados, empresarios y a la administración local de varias alcaldías, entre ellas, la de Lérida, Armero – Guayabal y Murillo, además de representantes del gremio ganadero en el Tolima.
En las reuniones se han buscado asociados interesados en invertir para la modernización de los equipos, pero hasta el momento no ha habido éxito.
“Aquí se han hecho todos los esfuerzos habidos y por haber para conseguir los recursos”, aseguró Segura Otálora, quien opinó que lo ideal sería una alianza público-privada para reactivar la planta.
El directivo afirmó que si no se logra nada, la última posibilidad sería entregar la planta a una empresa privada para que se haga cargo “y le inyecte capital”.
Por su parte, Carlos Gustavo Silva, gerente del Comité de Ganaderos del Tolima, opinó que lo ideal sería que mediante una alianza público-privada se pudiera reactivar la planta, pero que se incluyera una empresa con experiencia en comercialización.
“Porque si se la van a entregar a una cooperativa o a una asociación que no tiene el músculo financiero ni el conocimiento, pues volvemos a hacer exactamente lo mismo”, dijo.
Historia inconclusa
Como parte de la ayuda que recibió el país luego de ocurrida la tragedia de Armero (noviembre de 1985), el 28 de noviembre de 1990 se firmó un acuerdo de cooperación técnica con el gobierno italiano para el desarrollo de un proyecto integral de acopio de leche y pasteurización que se ubicaría en Lérida, al norte del Departamento. Fue así como comenzó a funcionar la planta, que tuvo como objeto el acopio y el procesamiento de leche para su posterior distribución. De acuerdo con el Incoder, en 1993 se constituyó la Cooperativa Aprolac, en Lérida, organización que estuvo a cargo de las instalaciones desde 1995 hasta 2003. En 2004 las instalaciones quedan en manos del Incoder. Luego, es entregada a la cooperativa Coagromur que trabajó en asocio con Alquería. Luego de varios años, el convenio con Alquería culminó y las operaciones de la planta se paralizaron.
Viabilidad en tela de juicio
Aparte de la millonaria inversión, se requiere que los productos que genere la planta se comercialicen, por lo que según Gonzalo Otálora, se necesita también recursos para el mercadeo de los mismos. Eso, en el aspecto de infraestructura y comercialización, pero para líderes gremiales como Carlos Gustavo Silva, gerente del Comité de Ganaderos del Tolima, existen problemas logísticos como la ubicación de la planta. “Muchos que han investigado dicen que la planta quedó mal ubicada, pues uno dijera sí claro, es que Lérida como tal no tiene el potencial lechero; por otro lado, no hay un centro de consumo bastante importante cerca a Lérida, a excepción de Ibagué; se incurre en el costo de llevar la leche a la planta, procesarla, y llevarla de nuevo a los centros de consumo, es un doble gasto”, opinó, y añadió que “las industrias se deben ubicar cerca a donde están los centros de consumo, y lógicamente, donde están las materias primas, aquí, ni lo uno, ni lo otro”.
Robo en la planta
De acuerdo con las cuentas del Incoder, cada año año la seguridad de la planta le cuesta alrededor de 50 millones de pesos al Estado. No obstante, hace unos meses se registró un robo en sus instalaciones.
El Directivo reconoció que en la planta sí se efectuó el robo, pero que no de “las dimensiones que muchos dicen”. Sin embargo, no entregó una cifra correspondiente al valor de lo que ascendió el ilícito.
Lo anterior, porque de acuerdo con el Director, el avalúo e inventario de los elementos hurtados está en proceso.
También añadió que los elementos hurtados están asegurados por una compañía y que el proceso se ha dificultado por la depreciación de los elementos, algunos hasta con 20 años de antigüedad, según dijo.
Entre los objetos extraídos, estuvieron cantinas y otros según él, fáciles de cargar.
Aunque en el balance también está una máquina descremadora, que es, de acuerdo con Segura Otálora, “lo más significativo que se hurtó”.
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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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