Colombia y Panamá tienen prácticamente decidido que, a petición del istmo, excluirán de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio (TLC) bilateral los productos cárnicos y lácteos y el café.Es probable, sin embargo, que para los alimentos del sector lácteo colombiano los equipos negociadores de los dos gobiernos convengan la fijación de un cupo de exportación al mercado vecino.
Con esas propuestas a punto de concretarse y en medio de la iniciativa de las autoridades colombianas de modificar el sobrearancel a las importaciones de textiles y confecciones de países sin acuerdos comerciales con Colombia, gravamen que ha irritado profundamente a Panamá, punto de paso de mercadería china y asiática en general, los dos países realizarán en la última semana de este mes la VII ronda de negociaciones del TLC.
Sobre la negociación sigue pesando el tema aduanero y de intercambio de información, muy sensible para el interés colombiano, cuyos empresarios y diferentes sectores del gobierno lo ven como una necesidad para combatir el contrabando que tiene postrados a sectores como los de textiles y confecciones.
La semana pasada se llevó a cabo en Ciudad de Panamá una minirronda negociadora en la que solo se abordó el capítulo de acceso a mercados. En el próximo encuentro, entre el 28 y el 31 de mayo, que se realizará en la misma capital, se tratarán los capítulos faltantes y, según fuentes bien informadas, es posible dar por terminada la negociación.
Esa cita se producirá una semana después de la Cumbre Presidencial de la Alianza del Pacífico, que se desarrollará en Cali, integrada por Colombia, México, Chile y Perú, y a la cual asistirá Panamá como observador y que ha expresado su interés de vincularse al bloque, para lo cual una condición es que sus miembros tengan TLC entre sí.
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