Desde la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, se han venido haciendo sugerencias que permitirían que a través de este tipo de compras se pueda mejorar la situación de ganaderos a los que les están pagando menos o, incluso, dejando de recoger el producto.
La difícil situación que viven miles de productores lecheros en el país hace que por estos días se revisen todas las posibles estrategias que les permitan seguir trabajando y viviendo dignamente, algo que por decisiones de la industria, las importaciones y el costo de los insumos, parece cada vez más difícil.
Según datos del gremio cúpula de la ganadería, Colombia produce actualmente 6.710 millones de litros de leche al año, de los que la industria acopia 3.200, lo que equivale al 48 %, un 10 % se queda para consumo en las mismas fincas y el resto se destina al mercado informal, eso quiere decir 2.821 millones de litros.
Líderes del sector coinciden en que si existiera una política del Gobierno, que estableciera entregar un vaso de leche de 500 mililitros diarios a cada una de las 12 millones de personas que se calcula viven en la pobreza, se alcanzaría el nivel de 180 litros recomendado por la FAO de consumo diario del producto por persona al año.
Adicionalmente, contar con esa política ayudaría a reducir los excedentes que hoy en día se van al mercado informal, porque de los 2.821 millones de litros que tienen ese destino 2.190, un 78 %, serían utilizados para el suministro del líquido a población vulnerable y, de paso, disminuiría el nivel de las importaciones.
Los dirigentes consideran que se deben crear instrumentos normativos que permitan canalizar y fortalecer el papel del Estado como demandante de productos nacionales.
Si bien es cierto en el país se está ofreciendo mucha leche, el Gobierno debería tener eso en cuenta y prohibir la importación de productos lácteos a sus entidades y usar el nacional para sus programas institucionales.
De igual manera, se considera importante que en lugar de ofrecer jugos, gaseosas o cualquier otra bebida, las entidades oficiales prioricen la leche a la hora de brindar algo para tomar. Igualmente, un pedazo de queso es otra alternativa que ayudaría a estimular el consumo y que de replicarse lo haría de forma considerable.
En el pasado se han hecho ejercicios pequeños en los que se compró leche para ofrecerla en entidades oficiales, pero que solo operaron de manera temporal. A lo que se le debe apuntar a tener una política real y sostenida, un esfuerzo que evitaría eventuales enlechamientos, que representan una excusa para que la industria le baje el precio a los productores o les deje de recoger el lácteo.
La obligación de la norma podría ser complementaria ainiciativas privadas o públicas de toda clase, como el programa “Alimentando la Esperanza” que adelanta actualmente el Fondo Nacional del Ganado administrado por Fedegán.
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