La ganancia por $ 18.000 millones que tienen prevista para este ejercicio sería 3,5 veces mayor a la lograda en 2013.
El grupo Bethia, ligado a Liliana Solari y a sus hijos Carlos y Andrea Heller, busca convertir a 2014 en un año hito dentro de las dos décadas de existencia del holding.
“Este será por lejos el mejor año del grupo en términos de resultados e ingresos. Cerraremos con una utilidad cercana a los $ 18.000 millones en las cuatro áreas que manejamos directamente. El año pasado estuvo cerca de $ 4.000 millones y en 2012 obtuvimos unos $ 2.000 millones”, revela Ramiro Sánchez, gerente general corporativo del holding.
El ejecutivo precisa que mantendrán el ritmo de inversión en un rango de US$ 100 millones a US$ 200 millones anuales. “A no ser que surja una oportunidad muy específica de compra, aunque por ahora no estamos mirando muchas cosas”, dice.
En los últimos años la empresa registró un crecimiento sostenido. Además, concretó varias adquisiciones, como la compra del 8% de Latam Airlines, en 2010, elevando ese porcentaje a 9% en 2011, mismo año en que compraron Blue Express, Viña Santa Alicia y entraron al Grupo Empresas Navieras. En 2012 sellaron la compra de Mega, pagando US$ 184 millones por el canal de televisión, mientras que el año pasado se hicieron del 46% de Colmena.
Todo este crecimiento y diversificación de negocios obligó al holding a reorganizarse y profesionalizar su operación.
Sánchez explica que esta reestructuración implicó fortalecer el gobierno corporativo, con la incorporación de Marcelo Awad como director independiente. Por otro lado, establecieron cuatro comités de directores y crearon un área de contraloría.
Bethia divide sus negocios en dos áreas: inversiones financieras, donde tienen una valorización de portafolio de US$ 3.020 millones, dividido en 10% de Falabella; 9% de Latam; 46% de Colmena; 1,6% de Aguas Andinas, y 15% de GEN.
El otro segmento es el operativo, que a su vez está dividido en cuatro áreas de negocios, que tienen activos valorizados en US$ 820 millones, donde gestionan de forma directa y tienen el control. Justamente en estas empresas Bethia centrará su foco en 2014 y 2015.
Sotraser con el norte hacia Perú
El Grupo de Empresas Sotraser (GES) está compuesto por la firma de transporte de carga Sotraser y Blue Express, que ofrece servicios de logística y distribución courier.
El año pasado Bethia ingresó a Perú con la segunda compañía. Allí invirtieron unos US$ 3 millones, y ahora quieren hacer lo propio con Sotraser, especialmente para prestarle servicio a la minería de ese país.
«Aún estamos analizando si nuestro arribo será por camino propio, como lo hicimos con Blue Express, o bien comprando alguna empresa que ya tenga una masa crítica o tal vez asociarnos con alguien», reflexiona Sánchez, y detalla que el interés del holding es que Sotraser arribe el próximo año al país incaico. El ejecutivo reconoce que «es natural para nosotros estar en Perú, Ecuador y Colombia, pero por ahora Perú concentra nuestro esfuerzo».
GES invirtió recientemente US$ 50 millones en su nuevo complejo de Enea, hasta donde trasladaron la operación central de Blue Express. A su vez, Sotraser abandonó sus dos bases de San Bernardo para instalarse en la antigua ubicación de Blue Express, en Américo Vespucio Norte, para lo cual están realizando adecuaciones que implican US$ 5 millones de inversión.
Bethia está mirando nuevas oportunidades de crecimiento orgánico en el sector, pues aseguran que la menor actividad económica está afectando a algunas empresas de transporte de carga, que estarían por desaparecer. «Nosotros podremos tomar esos contratos que quedarán disponibles», advierte Sánchez. Para este año, GES crecería entre 15% y 20%.
Mega: la joya del grupo
El año pasado Mega estaba en el cuarto lugar de audiencia y ahora lidera la industria, dos puntos sobre el segundo lugar.
«Cuando se tiene más rating se obtienen mayores ingresos y, a su vez, mejor resultado. E 2013 Mega tuvo pérdidas por unos $ 4.000 millones, y este año cerraremos con una utilidad de unos $ 5.000 millones», detalla Sánchez.
El gerente general de Bethia comenta que «cuando compramos Mega, hace casi tres años, recibimos un canal que estaba muy abandonado, donde por muchos años no se habían hecho inversiones. Nosotros como Bethia nos pusimos la meta de tener un canal que esté en condiciones de pelear por el primer lugar, de estar en primera división y no en tercera».
Para lograr este objetivo, el holding se propuso tres ejes de acción.
Primero, cambiar la línea editorial haciéndola más transversal, moderna y cercana a la sociedad.
Lo segundo, ha sido actualizar la señal. Ahí definieron una inversión en torno a US$ 30 millones para cambiar todo el edificio y sus estudios en dos etapas, de las cuales una ya está operativa. La segunda se inaugurará en abril del próximo año.
El otro eje está centrado en mejorar las tecnologías y contenidos, donde Bethia están invirtiendo casi US$ 50 millones. Además, han complementado y fortalecido el equipo humano en las áreas de creación de contenido. Prueba de ello son los rostros televisivos, directores y ejecutivos que «levantaron» desde canales de la competencia.
Ancali: incursionando en energía ERNC
Si bien gran parte del negocio de Ancali se concentra en la unidad Milk (lechería), esta operación también considera las áreas de Beef (producción de carne), Crops (forraje y cereales) y Energy (generación ERNC).
En energía, la empresa dio sus primeros pasos a través de un proyecto de biodigestor, que genera gas en base a los desechos de las vacas. Ahora, están en la fase de cerrar contratos con empresas internacionales para instalar aerogeneradores en campos de la lechera y de Bethwines, su brazo vitivinícola, todo con el objeto de inyectar electricidad al al Sistema Interconectado Central (SIC).
En la producción lechera este año esperan aumentar en 500 cabezas su capacidad instalada, que alcanza 6.000 vacas. Con esto, tendrán que ampliar su capacidad, a través de un nuevo sistema de ordeña robotizada, que les permitirá reducir sus costos en casi 10% y eleva en tres o cuatro litros la producción por animal.
«Esperamos seguir creciendo entre un 10% y 15% en producción anual. Este año lograremos 80 millones de litros y cien millones en 2015», dice Sánchez.
Ancali representa cerca del 5% de la producción chilena de leche y entre sus clientes están Watt’s, Soprole, Quillayes y Surlat. «No pensamos sumarnos a la demanda contra las procesadoras de leche en el TDLC (…) tenemos muy buena relación con los compradores. Las condiciones son claras y públicas, y nosotros como productores tenemos que ser cada día más eficientes», enfatiza el ejecutivo.
Bethwines: mirando de reojo a argentina
Con todo su esfuerzo puesto en la producción local de vinos, Bethwines siempre tiene un ojo puesto en Argentina, debido al complemento que la cepa Malbec representaría para su portafolio.
«Estamos muy atentos a cuando se presente una muy buena oportunidad en Argentina, pero eso no se sabe cuándo podría pasar», reconoce Ramiro Sánchez.
En Bethwines esperan facturar US$ 45 millones este año, con un resultado operacional que estaría entre un 10% y 12% sobre las ventas y alcanzarían un volumen de exportaciones entorno a 1.700.000 cajas.
Para ir adaptándose a estos nuevos volúmenes, en los últimos dos años han estado invirtiendo unos US$ 10 millones, para mejorar su capacidad y concentrar todos los procesos industriales en Pirque.
El holding vitivinícola del grupo es liderado por la viña Indómita, que pasó de exportar alrededor de 35.000 cajas cuando se hicieron de ella, en 2006, a una estimación para este año de 700 mil a 800 mil cajas, adelanta el ejecutivo. Añade que Indómita pasó de ser una viña boutique, a una de las más grandes de Chile por ventas individuales.
Por otro lado, el brazo vitivinícola también opera las viñas Santa Alicia, que exporta casi 400 mil cajas anuales, y Dos Andes –ex Viñedos Córpora, de Pedro Ibáñez-, que están ubicadas en la zona sur y le permiten al grupo estar presentes en todos los valles y abarcar todos los tipos de vinos.
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