Ser madre involucra una preocupación de 24 horas los 7 días de la semana, no sólo hay que estar atentos a los primeros pasos del pequeño, sino también tener contempladas actividades que permitan que se desenvuelva bien a nivel emocional e intelectual, y una adecuada alimentación que complemente su desarrollo. 
Una ayuda para los padres la ha dado el desarrollo de fórmulas lácteas para niños de 1 a 3 años, la que han ido evolucionando de manera importante en los últimos años en busca de mejorar funciones del menor, tales como inmunidad y prevención de Enfermedades Crónicas no Transmisibles, entre otras. La pediatra y nutrióloga infantil de la Clínica Indisa, Dra. Ximena Vásquez explica que la investigación científica en esta área ha permitido que las fórmulas lácteas ya no sólo busquen que el niño crezca correctamente, sino que además logre desarrollar sus capacidades al máximo. “Las fórmulas hoy en día son una opción mucho más completa para un niño que la leche de vaca, ya que tienen los nutrientes y componentes necesarios para que el pequeño logre crecer de una forma más completa”, comenta la pediatra. Qué pasa después de la leche materna Mediante una serie de investigaciones a nivel mundial, ha quedado en evidencia la importancia que tiene la alimentación de los niños en los primeros años de vida, más allá del período tradicional de lactancia materna hasta los 6 meses o el año. Posterior a esa etapa, los bebés comienzan a vivir un proceso de cambios en cuanto a su nutrición, ya que empiezan a conocer diversos alimentos. En este contexto, los especialistas recomiendan las fórmulas lácteas como una excelente opción en lugar de la leche tradicional para entregarle al niño de 1 a 3 años los nutrientes y componentes que necesitan para un adecuado desarrollo. “Las fórmulas lácteas han buscado lo mejor de los componentes nutricionales. Están hechas sobre la base de leche descremada y se le incorporan aceites vegetales que tienen mejores funciones que las grasas saturadas de la leche de vaca, lo que es un aporte saludable para el niño”, comenta la Pediatra. Muchos estudios han podido determinar que una dieta baja en grasas saturadas ayuda a prevenir enfermedades crónicas no transmisibles, como la hipertensión. De este modo, las fórmulas lácteas con su cuidadoso procesamiento e inclusión de componentes y porciones logran este objetivo. “Cuando disminuimos las grasas saturadas en estas fórmulas, ayudamos a que el niño tenga menos probabilidades de tener problemas cardiovasculares y lo mismo ocurre con las cantidades de sodio, que son muy restringidas y que ayudan a que el paciente a futuro tenga menos posibilidades de tener hipertensión”, explica la especialista. Cambio de paradigma en la nutrición infantil: no basta con crecer La pediatra Ximena Vásquez afirma que estamos frente a un cambio de paradigma con respecto a la importancia del crecimiento integral del pequeño. “Antiguamente, la alimentación se evaluaba sólo por la ganancia de peso y estatura que iba teniendo el niño. Hoy en día, además de preocuparse de que crezcan bien, se busca que las funciones del menor sean correctas. Es decir, que tengan un buen desarrollo cerebral, desarrollo adecuado de Coeficiente Intelectual, una buena inmunidad, entre otras funciones”, destaca. “Ya sea por razones culturales, familiares o propias del niño, al año de vida aún consumen una escasa variedad de alimentos por lo que las actuales fórmulas se presentan como una buena opción para entregar una serie de ingredientes nutricionales y no nutricionales que el niño necesita”, explica especialista. Gain Plus AbbottLeche premium Actualmente en Chile, Gain Plus, es la fórmula láctea correspondiente a la etapa de 1 a 3 años. Contiene DHA, que es el ácido docosahexaenoico que promueve el adecuado desarrollo y funcionamiento de las células del cerebro, la retina y otras partes del sistema nervioso central. Ésta tiene de base leche descremada, con características de semi-descremada, ya que se nutre de los aceites vegetales para lograr un perfil de ácidos grasos idóneos para el niño. También, contiene nucleótidos en igual proporción a la leche materna, que protege de cuadros diarreicos y fortifican el sistema inmune. Todos estos componentes permiten que el niño pueda tener nutrientes y compuestos que lo ayuden a desarrollarse de mejor forma en esta etapa tan crucial de la infancia.
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