Los gremios coinciden en que es fundamental capacitar a sus trabajadores y atraer a jóvenes para aumentar su productividad.
En los últimos dos años la escasez de mano de obra en la agricultura ha aumentado, a tal punto, que sólo en 2011 se perdieron 42 mil puestos de trabajo. Una situación que se presume en alza y que ha obligado al rubro a simplificar y automatizar los procesos; a elevar los sueldos para retener a la gente y a incentivar la entrada de mujeres para enfrentar el problema. ”El porcentaje de las mujeres en la fuerza laboral es prácticamente igual o superior al de los hombres”, indica Luis Mayol, ministro de Agricultura.
El desarrollo de otras áeras economicas del país, como la minería, la construcción y el comercio ha demandado cada vez más capital humano, en desmedro del sector agrícola, que en las regiones del Maule, BioBío y la Araucanía, perdió en total 36 mil puestos de trabajo el año pasado. Un tema no menor, considerando que en conjunto representan el 45% del empleo del sector. “Los pequeños y medianos agricultores se quedaron sin mano de obra no calificada para las cosechas, siembras y labores agrícolas, por lo que tuvieron que arrendar o vender sus tierras, y sus hijos migrar a las ciudades”, explica Daniel Rebolledo, presidente de la Confederacion Nacional de Cooperativas Campesinas, Campocoop.
Por otro lado, el ministro Mayol señala que la falta de mano de obra se ha visto en todo el agro, “en especial en el sector frutícola, en las épocas de cosechas y packing. También afecta a la lechería porque se da en zonas como la de Los Ríos y la de Los Lagos, donde está ubicada la mayor producción láctea del país, con niveles de cesantía entre el 2,3% y 3,5%”, sostiene en referencia a los bajos niveles comparados con el promedio nacional (6,6%).
Esto ha traído problemas en la productividad de las faenas, en la calidad de la producción por el retraso de los trabajos y un alza en los costos de la fruticultura. “Se ha visto un incremento sobre un 80% y un desincentivo en plantaciones, cambiándose a especies más mecanizables”, sostiene Cristián Allendes, presidente de Fedefruta.
Los pequeños y medianos agricultores se han visto en la obligación de reconvertir sus huertos. “Arrancar la plantación existente y replantar nuevas variedades, con un costo promedio de 30 mil dólares por hectárea y formar huertos en alta densidad”, sostiene Ema Budinich, gerente del departamento de Estudios de la SNA.
El ingreso de jóvenes
En el rubro coinciden en que deben hacer más atractiva la agricultura para los jóvenes. “La falta de políticas diferenciadas de financiamiento, educación rural e instrumentos de fomento para este sector, no incentiva a los jóvenes a proyectarse en el campo, a desarrollar negocios y emprender”, sostiene Rebolledo, quien añade que es fundamental entregar educación diferenciada a los jóvenes de sectores rurales, con conocimientos específicos sobre el sector.
Además de “generar buenas prácticas para retener al personal especializado y entregar capacitación”, dice Soledad Valenzuela, gerente general de la Asociación de Productores Avícolas, (APA)
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