Chile: Agricultores bajan producción y usan forraje de reserva ante sequía

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Déficit hídrico. Las precipitaciones han caído en 95% en esta temporada, lo cual obliga a los productores lácteos y cárnicos de la zona a utilizar el alimento destinado para el invierno y otros cultivos suplementarios, como alfalfa, raps y trébol rosado. Experto recomienda destinar una parte del forraje para el verano y establecer variedades forrajeras que toleren mejor la falta de agua.
La escasez de precipitaciones es para los turistas el mejor presagio de la temporada, sin embargo los agricultores y productores de la zona ya comienzan a sufrir los efectos del que se presenta como uno de los veranos más secos de los últimos años.
Pese a que han caído algunas gotas, estas breves lluvias no alcanzan a mitigar el impacto que ha significado sobre siembras y praderas, por lo cual muchos agricultores ya utilizan las reservas de forraje destinadas para el invierno (donde el crecimiento de la pradera es menor) junto con cultivos suplementarios y ensilajes.
Según reportes de la Dirección Meteorológica de Chile, a la fecha se han registrado solo 6,2 milímetros (mm) de agua caída en la provincia (hasta el domingo 8 de febrero), cuando en un año normal se deben alcanzar los 51,5 mm. De hecho, a la misma fecha del año pasado se registraron 68,2 mm de precipitaciones, lo cual hace que exista un déficit de lluvias que alcanza el 89%, con temperaturas máximas promedios de 25,2 grados Celsius (°C).
Durante noviembre del año pasado precipitó la mitad del agua caída históricamente (52%) y en diciembre solo llovió un tercio (31%), lo cual ha provocado una disminución en la producción de forraje.
Según los expertos, el fenómeno se podría extender y alcanzar niveles récord, teniendo en cuenta que aún quedan semanas del mes de febrero y parte de marzo, época en que ya se deberían dejar caer algunas lluvias.
Baja producción
La realidad de algunos productores es crítica, teniendo en cuenta que las praderas significan el principal alimento para el ganado tanto de carne como de leche.
En este contexto, el productor lácteo Alejandro Schilling comenta que es una situación difícil y espera que pueda caer algo de lluvia para amortizar de alguna forma los costos de no tener praderas disponibles para su producción y alcanzar una producción lechera aceptable.
Gracias a la implementación de un sistema de riego a través de pozo profundo, Alejandro Schilling puede mantener una superficie de 25 hectáreas en óptimas condiciones, pero sin embargo otras 775 hectáreas de su predio sucumben ante la sequía.
“Solo con riego es posible tener en buenas condiciones la pradera. El sistema lo implementé hace cuatro años y gracias a ello se alimentan sin problemas unas 250 vacas”, asegura el productor.
Pero el predio de este productor de la zona Crucero-Purranque es aún más amplio, ya que posee otras mil cabezas de ganado que se encuentran comiendo ensilajes y nabos forrajeros; además, ya empezó a consumir las reservas de forraje destinadas a los meses de invierno.
“Es importante tener este tipo de cultivos para suplir la falta de praderas, además de aplicar buena fertilización en los meses previos, aunque si no llueve en 3 meses no hay nada que hacer”, cuenta el empresario.
El agricultor señala además que obtener derechos de agua para regadío y conseguir los fondos a través de concursos públicos para implementar un sistema, es una tarea que puede durar años, por lo que advierte que no es fácil tener bajo riego constante las superficies de praderas.
“Me gustaría ampliar la superficie de riego, pero el trámite es bien engorroso, ya que hay varios procesos de implementación que demoran incluso años, lo cual desanima a los interesados en continuar con el proyecto”, indicó.
Schilling asegura en esta época, con el pasto suficiente, estaría con mejores resultados, lo cual no ocurre en la actualidad. De hecho, tiene una merma en su producción láctea que bordea el 10%, demostrando la importancia que tiene el pastoreo para obtener volúmenes aceptables de leche y con la calidad que corresponde.
RECOMENDACIONES
Las bajas precipitaciones ocurridas en los meses de noviembre y diciembre han influido sobre todo en las forrajeras de arraigamiento superficial, las cuales han disminuido su crecimiento.
La condición climática que ha prevalecido este verano ha sido más frecuente en los últimos años, por lo que los productores deben estar preparados con cultivos suplementarios como nabos, raps forrajero, alfalfa y trébol rosado.
Así al menos lo cree el ingeniero agrónomo e investigador de Inia Remehue, Alfredo Torres, quien estima que gracias a las buenas condiciones que se dieron en primavera para el crecimiento de praderas, debiese existir una alta reserva de ensilajes y de buena calidad nutricional.
“Los productores que han tomado los resguardos, no deberían presentar mayores problemas hasta el día de hoy; y de persistir esta condición de baja pluviometría, se recomienda utilizar forrajes conservados y cultivos suplementarios que tienen destinados para el invierno, como coles forrajeras y rutabagas”, dice el profesional.
Tomando en cuenta que el fenómeno de déficit hídrico es cada vez más frecuente, es necesario que los productores ganaderos tengan presente para las próximas temporadas algunas medidas tendientes a minimizar estos efectos para así lograr mantener los niveles aceptables de producción.
Una de las medidas recomendadas por el experto es tener la mayor cantidad de ensilaje posible, del cual una parte debe estar reservado para la época veraniega.
“Para ello, en los potreros que se rezagarán para conservación, además de la fertilización en la fecha oportuna, se debe adicionar una dosis extra de nitrógeno debido a que se estima que la respuesta de este nutriente en primavera es de al menos 12 kilos de materia seca por kg de nitrógeno aplicado”, indicó.
Relacionado con esto, el investigador de Inia sugiere establecer especies forrajeras que toleren de mejor forma la falta de agua, como la alfalfa, trébol rosado, chicoria, siete venas, pasto ovillo, festuca, festulolium y bromo.
“Los productores deben tener en cuenta que estas forrajeras no solucionan completamente el problema de alimentación, por lo que es necesario combinarlas con alimento extra como ensilajes, heno, paja y cultivos suplementarios”, comenta.
Torres también recomienda evitar partos de fines de primavera y verano, porque estos tienen altos requerimientos de nutrientes a inicios de la lactancia, lo que coincide con la época más crítica en el crecimiento y calidad de la pradera.
En materia de riego, y si el predio dispone de sistemas para ello, se recomienda regar las praderas permanentes de mejor condición, las ballicas de rotación corta o los cultivos forrajeros (nabo, maíz, raps forrajero, entre otros).
“Para aplicar esta medida, se deben considerar los terrenos más fértiles y sin limitaciones de nutrientes ni problemas de acidez, para justificar el costo del riego”, explica.
Asimismo, Torres comenta que en muchos predios es posible tener tranques que ayuden a mantener las napas más altas y conservar la humedad del suelo, junto con profundizar los pozos y norias que permiten una mayor acumulación de agua para bebida.
Fuente: Australosorno

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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