Vicente Gómez Cobo, presidente de la Federación de Lecherías, fue quien expuso este panorama internacional de la leche y su industria, resaltando las importaciones indiscriminadas que se hacen en nuestro país, cayendo en una incomprensible lógica de mercado, pues pese a que se produce más barato en México que en Estados Unidos, se importa gran cantidad de este país, pero ello se debe a que allá tienen esquemas completos de subsidios, normas y programas de fomento lechero, que aquí no se tienen.
Detalló: “En Estados Unidos hay más de 9 millones de cabezas de ganado lechero, mientras que en México hay 2 millones; sin embargo los establos en la unión americana son sólo 60 mil y en nuestro país hay 250 mil, pero se les puede llamar sólo unidades de producción, ya que el 90% son pequeños productores de 50 o menos vacas, y sólo el 10% son grandes establos, como aquí el de Zaragoza o los establos Luján, por ejemplo”.
El fomento al consumo de leche también es otro rubro importante, ya que es casi el doble la diferencia del consumo estadounidense con respecto a los mexicanos. El tema de Canadá es otro, ya que allá tienen un hato de ganado lechero de 1.4 millones de cabezas, menos que en México, pero en sólo 11 mil establos la leche producida allá tiene más valor por su calidad, un equivalente a 10 pesos mexicanos, mientras que en EU, un precio de 6.9 y en México 6.3, según datos recogidos hasta el 2016.
En México, el consumidor gasta anualmente hasta 250 mil millones de pesos, lo que significa que hay un nicho importante, pero no se puede producir más por las asimetrías que hay con respecto a los competidores directos y los beneficios que tienen de su modo de trabajo y políticas gubernamentales; asimismo, si lo que se importa a México no se tuviera, representaría una producción de más de 60 mil millones de pesos de producción para los estableros mexicanos.
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