¿Hecho en México?

¿Alarmismo o realismo? El trabajo en campo, la elaboración de insumos, la comercialización y, finalmente, el consumo de los lácteos, las carnes frías, los productos vitivinícolas y las cervezas que actualmente se elaboran en México están en riesgo, debido a los términos propuestos por la Unión Europea en la renegociación del Tratado de Libre Comercio. Autor: Alberto Aguirre Fuente: El Economista Link: https://www.eleconomista.com.mx/opinion/Hecho-en-Mexico-20171225-0081.html
Share on twitter
Share on facebook
Share on linkedin
Share on whatsapp
Share on email

Mientras los europeos buscan proteger las denominaciones de origen de productos tradicionales como el queso manchego, los vinos de las tierras castellanas o las cervezas alemanas, los industriales mexicanos ven una inminente afectación a las marcas que han desarrollado durante décadas y la amenaza de usar términos genéricos para describir sus productos.
De acuerdo con la World Intellectual Property Organization, las Indicaciones geográficas son “un signo utilizado para productos que tienen un origen geográfico concreto y cuyas cualidades, reputación y características se deben esencialmente a su lugar de origen y la legislación mexicana vigente contempla dos alternativas de protección: las marcas colectivas y las denominaciones de origen”.
Vigente desde el 2000, el Tratado de Libre Comercio entre México y la Unión Europea logró triplicar las transacciones en tres lustros, al pasar de 18,500 millones de dólares en 1999 a 62,000 millones de dólares en el 2015. El petróleo ha sido el principal producto mexicano enviado al Viejo Continente (23% del total de exportaciones) pero la cerveza mexicana ha logrado penetrar con éxito en el mercado europeo.
Ante la cada vez más factible posibilidad de que la administración Trump ponga fin al TLCAN), México ha comenzado a buscar socios comerciales en otras latitudes. Con la Unión Europea podrían estrecharse los vínculos pero la polémica sobre las indicaciones geográficas quebranta los escenarios optimistas a pesar de que hace cuatro años, en 1996 México se adhirió al Arreglo de Lisboa, un tratado específico para la protección de denominaciones de origen y su registro internacional. Y desde mayo del 2015 también suscribió el Acta de Ginebra del Arreglo de Lisboa.
Las posturas, en ambos lados del Atlántico, parecen irreductibles. Aunque algunas ramas industriales, proclives a proteger las marcas, estarían a favor de favorecer el régimen de anterioridad a determinados usos de nombres con los que las empresas han fabricado y vendido productos utilizando nombres que están protegidos como indicaciones geográficas. Las denominaciones de origen mexicanas se encuentran protegidas ante la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual son el tequila, el mezcal, la talavera, el Olinalá, el café Veracruz, el ámbar de Chiapas, la bacanora, el sotol, la charanda, la vainilla de Papantla, el chile Habanero y el mango ataulfo del Soconusco de Chiapas.
La “reversión” o la “recuperación” no serían opciones viables en el corto plazo. Y menos, la “presunción refutable” propuesta por la Unión Europea.
Con respecto de las indicaciones geográficas, los representantes mexicanos han argumentado que los tratados vigentes no obligan si dicha indicación es “idéntica al término habitual en lenguaje corriente que es el nombre común” de los bienes o servicios en cuestión o dicho de otra forma, si se ha convertido en el término genérico para describir los bienes o servicios en el idioma local. Un ejemplo sería “cheddar” para el queso.
Las preocupaciones sobre las indicaciones geográficas en la renegociación del tratado comercial con la Unión Europea abarcan a un amplio rango de la industria agroalimentaria, además de los productores de lácteos. Los cerveceros de México, por ejemplo, alertaron a los funcionarios de la Secretaría de Economía sobre los riesgos de un modelo “excesivamente protector” no sólo para las marcas, sino para el resto de los integrantes de esta cadena de valor.
En una misiva remitida por la cámara que aglutina a los industriales de ramo al secretario Guajardo y al subsecretario Juan Carlos Becker a mediados del año, definieron que la defensa de las marcas y la libertad para poder usar términos genéricos para describir distintos tipos de productos era incluso más importante que la batalla por las indicaciones geográficas.
A partir de dos casos construyeron su argumento. Apuntaron que varias empresas mexicanas producen actualmente, de buena fe, cervezas comercializadas como estilo Kölsch. Y que igualmente ya se comercializan cervezas mexicanas con la descripción tipo Múnich, lo cual puede producir problemas con la protección para Münchener Bier propuesta por la Unión Europea.
EFECTOS SECUNDARIOS
¿VACILACIONES? Aurelio Nuño Mayer, deberá definir si la ex coordinadora de Estrategia Digital de Los Pinos, Alejandra Lagunes, o la exvocera calderonista, Alejandra Sota, asumen el control del manejo comunicacional del abanderado priista en el ciberespacio. Un dilema de las mismas dimensiones ocurriría si el coordinador de opinión, Rodrigo Gallart, entrara se querellara con Rolando Ocampo por el tracking poll. Pronto quedará claro que los amigos de Pepe Meade y el trabajo del coordinador de campaña son temas absolutamente incompatibles.
 

Mirá También

Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

Te puede interesar

Notas
Relacionadas