La empresa La Quesería de Coladilla, situada en la localidad homónima, en el municipio de Vegacervera, sufrió en la noche del jueves al viernes el robo de 330 quesos curados de oveja, junto a varios cuchillos y tablas de cortar, así como un paquete de bolsas. «Supongo que para hacer el mercadillo completo», explicó a Ical el propietario de la empresa, José Luis Yuste, que valoró el montante global de la mercancía sustraída entre 6.000 y 7.000 euros.
El hurto se suma a otros pequeños robos que ha habido en la zona en las últimas semanas, aseguró Yuste, que fue informado al acudir a presentar la correspondiente denuncia ante la Guardia Civil, de incidentes similares que han ocurrido en una fábrica de embutidos de la localidad de Matueca de Torío (Garrafe de Torío), en otra empresa del sector en Geras (La Pola de Gordón) y en la estación de Matallana de Torío, todas ellas separadas por pocos kilómetros.
En la comarca están robando productos alimentarios, no sé si de eso se están sacando conclusiones «En la comarca están robando productos alimentarios, no sé si de eso se están sacando conclusiones», explicó Yuste, que consideró que el autor del robo debe ser «alguien que tenga salida para los quesos, porque una cantidad respetable como esa tampoco se vende así como así». Pese a asegurar que no tiene «la menor sospecha» de quién podría estar tras el hurto, señaló que los ladrones «venían a por una mercancía determinada, abrieron todas las cámaras pero dejaron otros productos, como yogures y quesos de vaca más tiernos, que por lo visto no les interesaron».
Además, los autores del robo tampoco entraron en la oficina ni tocaron la caja, en la que había unos 100 euros, según explicó el propietario. La razón para escoger esta mercancía sería el valor económico de los quesos, que podrían superar en el mercado los 20 euros por unidad, así como el hecho de que son “los que mejor se conservan”, afirmó Yuste.
Para acceder al local comercial, situado en la plaza de la pequeña localidad donde viven poco más de 30 personas, los ladrones reventaron la «pequeña puerta de chapa del almacén, que no se ve desde fuera», señaló Yuste, que sospecha que los ladrones “tendrían que conocer algo, porque sino no controlarían ese acceso”.
Tras el incidente, aseguró ser presa de «una sensación agria». «Tu intimidad ha sido asaltada y te sientes indefenso», explicó el propietario de la empresa, que lamentó que «de repente, viene uno y te roba todo el trabajo de ordeñar las ovejas y vacas, traer la leche y hacer el queso». «No es justo», sentenció.
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