La Organización de Productores de Leche (OPL) criticó en una nota de prensa las últimas declaraciones del secretario general del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambuiente (Mapama), Carlos Cabanas, a propósito de la nueva normativa sobre purines. Según esta organización, Cabanas muestra una «falta de profesionalidad y aún menor capacidad de gestión», dado que la obligación de enterrar los purines perjudica «a cientos de ganaderos», opuna la OPL.
«Tal y como ha afirmado Cabanas, todos los ganaderos, incluidos los de vacuno de leche, pagarán las consecuencias de la aplicación del nuevo decreto que obliga a enterrar los purines y estiércol y que prohíbe esparcirlos», explicó la organización, que denuncia que el ministerio «pretende que los distintos colectivos ganaderos nos enfrentemos, mientras nuestros responsables se lavan las manos. Lo que no se puede hacer es pisotear a un sector alabando a otro y menos insinuando que unos han de pagar los platos rotos de otros. Ha hecho unas declaraciones muy desafortunadas y poco éticas, echando culpas y buscando una justificación mediante el enfrentamiento entre todos los afectados».
Por todo ello, OPL incide en que «se debería diferenciar la procedencia de los purines, basando dicha diferencia en los niveles de contaminación de cada uno, pues estos no son los mismos en función de la especie animal y de la alimentación. Además debería de tenerse en cuenta, así mismo, la superficie real de vertido que tenga cada ganadero».
Las consecuencias
La Organización de Productores anunció en su escrito que solicitará una reunión «urgente» con los responsables del ministerio para tratar un problema que, dicen, «afectará gravemente a los ganaderos de vacuno de leche, suponiendo un encarecimiento mayor de los costes de producción, especialmente en zonas donde es prácticamente imposible abonar praderas con pendiente, aplicando las técnicas nuevas que se establecen con el decreto, mediante las cuales habría que inyectar el purín en el suelo, destrozando las praderas de cultivo permanente».
Además, añade que, ante la aplicación del nuevo decreto, se necesitarían tractores de mayor potencia, por lo que los ganaderos «nos veríamos obligados a renovar parte de la maquinaria», también las cubas del purín, «para adaptarlas a los equipos, con inversiones medias de 15.000 euros, más otros 30.000 de cisterna». Estas inversiones deberían acometerse «en un momento crítico, donde las explotaciones apenas cubren, en el mejor de los casos, los costes de producción y después de un año en el que desaparecieron en España más ganaderías de vacuno de leche que nunca».
