Ocho de cada diez explotaciones lácteas sobreviven gracias a las ayudas públicas

Las aportaciones que reciben los ganaderos pueden oscilar entrelos 2.000 y los 40.000 euros.
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Las aportaciones que reciben los ganaderos pueden oscilar entrelos 2.000 y los 40.000 euros.
Las granjas lácteas de la comarca están al borde del precipicio. Con unos precios medios en origen de poco más de 28 céntimos por litro de leche y unos costes que, según se recoge en varios estudios, superan los 32, no resulta extraño que la mayoría de las explotaciones de la zona tengan seriamente condicionada su supervivencia a corto plazo. De hecho, si muchas de ellas continúan en activo es gracias a las ayudas públicas que reciben, y concretamente a aquellas derivadas de la Política Agraria Común (PAC).
Se calcula que el 80% de las explotaciones de Barbanza, Muros y Noia dependen de forma directa del llamado pago único para mantener su actividad, y los datos que maneja el propio Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama) así lo corroboran.
El último boletín de la Red Nacional de Granjas Típicas (Rengrati), correspondiente al mes de febrero, arroja unas conclusiones demoledoras. De no ser por el dinero de la PAC, las explotaciones no alcanzarían siquiera el umbral de rendimiento efectivo (aquel en el que no se tienen en cuenta el valor de la mano de obra familiar en la explotación) situándose hasta diez céntimos por debajo del denominado contablemente umbral neto, que sí recoge todos los conceptos de gastos e ingresos de las granjas. Es decir, los ganaderos perderían, de media, diez céntimos por cada litro de leche que entregan a la industria.
Los importes
Si bien los importes varían sustancialmente de unas explotaciones ganaderas a otras, en función de la superficie de la que dispongan y, por supuesto, del número de animales, las ayudas de la PAC en la zona pueden oscilan entre los 2.000 y los 40.000 euros, situándose el pago medio en el entorno de los 5.000 euros por granja.
Para tener derecho a la percepción del pago único, concepto que aglutina distintas líneas de ayuda, como la siembra de cereales, el engorde y sacrificio de terneros, la cría de ovejas y cobras o el importe que se establece por cada vaca adulta, los titulares deben cumplir con determinados condicionantes ambientales.
De hecho, la nueva PAC, que estará vigente hasta 2020, ha aumentado las exigencias en este aspecto hasta el punto de que las explotaciones se han visto obligadas a diversificar cultivos, hierba y maíz casi eran exclusivos en la zona, e incluso, en el caso de granjas con mucha base territorial, dejar algunas de sus fincas a barbecho.
Los productores creen que el acuerdo de Madrid fue un fracaso
Siete meses después de que la totalidad de las industrias lácteas y de las empresas de distribución alimentaria firmaran un acuerdo por el que se comprometían a poner en marcha medidas que permitiesen la sostenibilidad del sector lácteo, la situación de los ganaderos, lejos de mejorar, ha empeorado todavía más. Esta es, al menos, la queja que repiten los profesionales de la comarca, que no dudan en calificar como fracaso absoluto el documento auspiciado por el Ministerio de Agricultura, y que solo contó con el apoyo del sindicato Asaja, por la parte productora.
«Xa o dixemos no seu momento. Non sirve de nada que alguén firme un acordo e se comprometa a facer determinadas cousas se non hai un mecanismo que o garanta. Agora sóubose que todo o que prometeu o ministerio se quedou en nada porque os asinantes do documento firmaron unha cousa e fixeron outra», denuncia Óscar Blanco, presidente del colectivo Gandeiros de Mazaricos, que aglutina también a productores de Outes, Dumbría, Vimianzo y Zas. Además de registrar un precio inferior al de septiembre, los profesionales han visto como sus dificultades para comercializar la totalidad de la materia prima han crecido notablemente.
La Xunta de Galicia adeuda más de un millón de euros a medio centenar de granjas
Hasta el próximo 15 de mayo, los ganaderos de la comarca podrán presentar la solicitud de la PAC para la presente campaña. Medio centenar de ellos realizarán este trámite sin haber cobrado todavía la del año pasado, pues la Xunta, gestora de las ayudas europeas en la comunidad, les realizó un pequeño anticipo pero todavía les adeuda más de un millón de euros por este concepto.
Si bien la Administración autonómica dispone de plazo hasta el 30 de junio para hacer frente a estos pagos, los ganaderos que aún no cobraron critican abiertamente el agravio comparativo que supone que a la mayoría de solicitantes se les liquidase buena parte del dinero a finales del pasado año, y que ellos lleven más de cuatro meses de retraso.
Los productores se quejan también de la tardanza en la puesta en marcha del programa informático que se usa para declarar las fincas.
Una crisis sin precedentes que está lejos de tocar fondo
Si bien existe unanimidad a la hora de calificar la actual crisis como la más grave que ha atravesado el sector lácteo en toda su historia nadie se aventura, sin embargo, a señalar cuándo podrá empezar a verse la luz a la salida de este particular túnel en el que los ganaderos llevan casi un año metidos.
¿Cómo se ha llegado a esta situación?
El origen del problema es la desaparición de las cuotas lácteas hace poco más de un año. Esta circunstancia disparó la producción en todo el continente, al tiempo que el consumo ha ido decreciendo. Además, mercados importadores, como el chino, bajaron su demanda de leche.
¿Qué debería suceder para que se produzca la recuperación de precios?
Entre otras cosas, que se modere la producción y el consumo empiece a repuntar. Solo eliminando el exceso de leche de los mercados parece posible una recuperación de las cotizaciones en origen.
¿Pueden hacer algo los productores?
Evidentemente, en su mano está reducir las entregas de materia prima a las lácteas. Aunque tampoco esto resolvería la situación cuando países como Francia pueden inundar el mercado nacional con sus excedentes.
¿Es posible que Europa vuelva a poner en marcha una política de cuotas para equilibrar la oferta y demanda de leche?
Aunque varios países lo han pedido de manera formal, parece poco probable que esto suceda, al menos a corto plazo. Europa ha puesto en marcha mecanismos para que los estados miembros puedan reducir la producción aunque estos son voluntarios y, por tanto, se duda bastante de su efectividad.
¿Cuánto tiempo pueden aguantar las granjas de la zona esta situación?
Resulta imposible saberlo. Lógicamente varía sustancialmente entre unas explotaciones y otras, aunque resulta lógico pensar que no mucho tiempo estando obligadas a vender la materia prima por debajo de lo que les cuesta producirla, tal y como está sucediendo en este momento debido a los precios.
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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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