UPA pide a la multinacional que «no abandone a los ganaderos» y que mantenga abierta la planta vallisoletana.
Para los trabajadores de Lauki ayer fue día de repasar documentación, de aportar ideas, de revisar las sensaciones que dejó la jornada del martes. De reclamar que JuanVicente Herrera les reciba, como prometió, y de comenzar a pergeñar las movilizaciones que llegarán, sí o sí, a medida que se acerque la fecha del 31 de marzo, cuando deben volver a sentarse con la empresa.
Los enviados de Lactalis cumplieron con lo pactado y remitieron a los trabajadores la documentación que pretende justificar el cierre de la planta de Valladolid. Un legajo de cifras macroeconómicas. «El primer punto es la bajada del consumo de leche y que se venden más marcas blancas que de marca. Luego hablan de la evolución del mercado de la leche, algo de la masa salarial, de las ventas de Lauki…».
En realidad, los propios trabajadores ya se imaginaban algo así. Fuentes sindicales aseguran que el año pasado se cubrió sobradamente el presupuesto marcado por la firma. Los 1,5 millones semanales de litros se rebasaron con holgura. Sin embargo, desde que comenzó 2016 las cosas no iban igual. Menos litros, de forma un tanto inexplicable, y unos presupuestos cubiertos por poco.«Veíamos que enero y febrero no iban bien». Y reclamaron un plan de viabilidad. La respuesta fue el anuncio de cierre.
Ayer los trabajadores comenzaron a aportar ideas para las movilizaciones que están por llegar. «Queremos hacer ruido, pero tampoco quemar todas las naves ahora. Hay que ir poco a poco y que no se olviden de nosotros. Que dentro de quince días ni se acuerden», lamentan. Porque con ese ruido inicial ya cuenta Lactalis, que ha realizado operaciones similares con anterioridad.
Los trabajadores insisten en que los siguientes en caer pueden ser los ganaderos, a pesar de que en un primer momento se haya garantizado que se mantendrán los contratos con los más de cien de Castilla y León que sirven la leche a la planta de Valladolid.
Esperando a Herrera
Los trabajadores recibieron el compromiso del presidente de la Junta, JuanVicente Herrera, de que los recibiría próximamente. «Estamos esperando a que nos diga algo, que nos explique algo sobre el grupo que nos quería comprar –el fondo Weston Hill, según ‘El Mundo’–. Esperamos que sea antes del 31 de marzo, que es cuando tenemos reunión con la empresa», explican fuentes sindicales. Herrera anunció que han pedido una reunión al máximo nivel con Lactalis para tratar de reconducir la situación y eludir el cierre de la fábrica de Lauki.
La Unión de Pequeños Agricultores (UPA), mientras, se reunió ayer en Madrid con la empresa Lactalis, a la que reclamó «que no abandone a los ganaderos» de Castilla y León.
La organización agraria defendió, a través de un comunicado recogido por Europa Press, que se garantice la recogida de los 70 millones de litros de leche que se sirven anualmente a la planta vallisoletana y que «se mantenga abierta la fábrica». En ese sentido, UPAreclamó que se diversifique la actividad en la planta de Valladolid y que Lactalis firme «contratos a un año» con los ganaderos. La noticia del cierre de Lauki sigue recibiendo, mientras tanto, reacciones de apoyo a los trabajadores y contra la decisión de la multinacional. Ayer, el presidente del Consejo Económico y Social (CES) de Castilla y León, Germán Barrios, deploró el anuncio de Lactalis y subrayó la necesidad de «hacer marca» e identificarla con el territorio, lo que permitirá proteger a los trabajadores de Castilla y León. Barrios reconoció sentirse «preocupado» por lo que está sucediendo con la fábrica. Según declaró durante un acto enSegovia, el CES se ha sumado al manifiesto del Diálogo Social como entidad colegiada que asesora al Gobierno y que representa a los sindicatos, a los empresarios, a las organizaciones profesionales agrarias, así como a los consumidores y las sociedades anónimas o cooperativas.
La siguiente reunión entre trabajadores y empresa se celebrará el 31 de marzo.
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