La producción de leche de vaca se dispara un 70% en solo cinco años

El fin de las cuotas lácteas impulsa la actividad de las granjas murcianas hasta superar los 55 millones de litros anuales.
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El fin de las cuotas lácteas impulsa la actividad de las granjas murcianas hasta superar los 55 millones de litros anuales.
La Región de Murcia se está convirtiendo en referente de la producción de leche de vaca en el Levante tras el fin del régimen de cuotas. Sus granjas produjeron el año pasado 55.404.000 litros, un 70% más con respecto a 2010, según la Consejería de Agricultura. De ello se encargó una cabaña de casi 8.000 vacas frisonas. Hace cinco años apenas pasaba de 5.000 reses. Dichas explotaciones abastecen a industrias queseras de la Región, así como a empresas envasadoras y distribuidoras de las provincias vecinas.
HASTA 2,7 VECES MÁS
168% es la diferencia de más que paga el consumidor por un litro de leche de vaca respecto a lo que recibe el ganadero en origen, lo que supone hasta 2,7 veces más. Los datos corresponden a abril, según Coag y las asociaciones de consumidores UCE y Ceaccu.
De ser una actividad ganadera casi marginal, que apenas llegaba a 30 millones de litros anuales antes de 2010, el aforo de leche murciana supera actualmente al de regiones como Madrid y Extremadura, y se acerca aceleradamente al de la Comunidad Valenciana. Fue el anuncio del progresivo desmantelamiento de las cuotas, en 2008, lo que impulsó la actividad de las 29 granjas que subsistían en la Región, incrementando su capacidad. Su producción actual puede llenar al año 2.000 camiones cisterna.
Casi un tercio de las sanciones en la cadena alimentaria
Deslocalización hacia Murcia
Durante tres décadas, la cuota láctea impuesta por Bruselas limitó la producción a volúmenes muy por debajo del consumo nacional de leche y derivados (6,5 millones de toneladas). Ese régimen desapareció definitivamente hace trece meses, por lo que España puede aspirar a cubrir toda su demanda (9 millones de toneladas) con producción propia, pero se enfrenta al riesgo de una mayor competencia exterior.
Hay un aspecto de la liberalización del sector que beneficia a Murcia: la deslocalización. Las industrias lácteas ya no solo adquieren leche de forma preferente donde hay grandes volúmenes disponibles (Galicia, Asturias y Cantabria), sino también donde resulta más barata su recogida y transporte hacia núcleos de mayor consumo. La cercanía de las granjas murcianas respecto a las ciudades alicantinas y las populosas zonas turísticas de Costa Blanca, Costa Cálida y Almería juega en su favor. Y tiene bastante margen de crecimiento, si se tiene en cuenta que su producción actual solo abastecería a 760.000 personas al cabo del año (el consumo per cápita está en 73 litros anuales), el equivalente a la mitad de la población murciana. Otra ventaja son las redes de distribución de piensos e infraestructuras veterinarias de la Región, que destacan por ser de las más avanzadas de España.
Pero más allá de las expectativas, la realidad actual es que el precio en origen, lejos de subir a raíz del pacto a tres bandas (productores, industria y distribución) auspiciado por el Gobierno el pasado 23 septiembre, ha bajado un 6,4% en tasa interanual y se sitúa en una media de 30,3 céntimos, según los datos que publica mes a mes el Ministerio de Agricultura, en este caso relativos a marzo.
Venta a pérdidas
Aumentar el precio de la leche es la gran reivindicación de los ganaderos, hasta el punto de que dos de sus organizaciones representativas (Coag y UPA) se desmarcaron del citado acuerdo a tres bandas porque no fijaba un suelo de precios ni garantizaba de alguna forma que se cubrieran los costes de producción. Éstos, según la Interprofesional Inlac, se sitúan ya entre 33,8 y 39,5 céntimos por litro. Es decir, entre un 11,5% y un 30,4% más altos que el precio recibido. UPA y Coag admiten que es ilegal fijar una tarifa mínima pero advierten de que también lo es el ‘dumping’. Sus quejas no solo van dirigidas contra la distribución comercial y la industria, sino también contra la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), a la que reprochan haber permitido a supermercados e hipermercados vender a pérdidas leche y sus derivados.
La CNMC ve «poco razonable» prohibir de forma generalizada la venta a pérdida, pues considera que hay «determinadas situaciones» donde puede resultar competitiva, si el operador no tiene posición dominante, y conllevar a su vez ventajas en precios para el consumidor, aunque nada dice sobre el perjuicio al productor.
Pero es en la industria láctea donde observa el Ministerio la principal rémora para implementar ese pacto ocho meses después de su firma. En aquel documento las empresas transformadoras se comprometían a incluir en sus envases el país de origen del producto, en un intento por poner en valor la producción nacional. El departamento que ahora dirige en funciones Isabel García Tejerina ha analizado 8.000 inserciones publicitarias de las empresas lácteas y solo en el 27,5% de los casos revelaban el origen del producto. Entre las incumplidoras destacan Covap, La Lechera, Puleva, President, Kaiku y Nestlé.
Tampoco marcha mejor la aplicación de los contratos de compraventa. El Ministerio indica que ya hay un modelo homologado, aunque reconoce que aún no se han logrado avances significativos para que tenga una duración mayor de 30 días. Y, sin esa estabilidad temporal, encajar las piezas del rompecabezas lácteo resultará una tarea ardua.
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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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