El presidente de la OLP, José Alberto Martín, insiste en que «el sector más débil de la cadena alimentaria necesita protección especial, siendo el que produce uno de los alimentos más perecederos y que surge prisa para que se envíe a transformar, se deben implantar, como ya se pidió en su día, unos costes mínimos de producción que deben ser pagados al ganadero productor».
Asimismo inciden en que los contratos nuevos —firmados hasta abril del año próximo— siguen siendo abusivos y no reflejan ni mejoras, ni subidas ni tampoco las del Inlac, unos aumentos que sí hubo en el resto de Europa. «No sirve de nada estar en una OP de negociación, si seguimos sin tener fuerza negociadora, por culpa de la presión que ejerce la industria y por la falta de leyes que hagan algo al respecto».
La OPL asume una bajada en el consumo de leche líquida, pero también sabe que muchos productos elaborados con leche están subiendo en el mercado, porque no hay oferta y sí mucha demanda. Se preguntan a dónde van a parar las ayudas que la industria recibe para invertir en competitividad y a dónde los beneficios que han obtenido. «Muchas empresas operadoras han triplicado beneficios a pesar de la crisis láctea, una crisis que solo vive el ganadero, en realidad», afirman en base a unas declaraciones de renta que son públicas.
«Somos trabajadores indirectos de la industria, deberíamos de estar protegidos como sus empleados directos. Tenemos los mismos derechos. Hablan de un libre mercado, pero no es real. Desde la OPL estudian actos de protesta y reivindicación si no se implantan medidas que arreglen verdaderamente la situación.
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