Quince días después de la firma del acuerdo que debía sentar las bases de la rentabilidad de las explotaciones, la realidad del sector apenas ha cambiado.
La leche ha subido de precio. Pero no en las granjas como buscaban los ganaderos, sino en los supermercados. Apenas quince días después de la entrada en vigor del acuerdo por el que las industrias lácteas y las cadenas de distribución alimentaria se comprometieron a poner en marcha mecanismos que permitiesen a los productores hacer sostenible su actividad, la realidad del sector apenas ha cambiado.
Y si lo ha hecho, ha sido únicamente para los consumidores que a día de hoy pagan entre dos y cinco céntimos más por la leche que compran que hace tan solo dos meses, momento en el que los ganaderos iniciaron su campaña de movilizaciones por toda Galicia. Si en agosto las marcas blancas -mayoritarias entre más de la mitad de los consumidores- se cotizaban a precios que oscilaban entre los 51 y los 54 céntimos, ahora ese mismo brik difícilmente baja de 57. De hecho, salvo ofertas puntuales, las principales cadenas de supermercados venden estos días su marca de distribuidor a un precio medio de 59 céntimos el litro.
«Na semana que se firmou o pacto xa subimos dous céntimos de golpe e dous máis fará quince días. Vendemos a 59 tanto o enteiro como o desnatado e, de momento, non está prevista máis variacións nos prezos», apuntan desde la gerencia de un conocido supermercado del área compostelana. Desde este establecimiento dicen no tener constancia de descensos en el consumo por el repunte de las cotizaciones. «Esta é a marca máis barata que temos [muestra un brik de marca blanca envasado por Leche Celta y con un precio de 59 céntimos] e vendemos aproximadamente un palé por semana sexa o prezo que sexa», reconocen.
Pese a que algunas cadenas de distribución -caso de Mercadona o Gadis- habían señalado su deseo de que los incrementos del precio que tenían previsto llevar a cabo, alguna incluso desde antes de que se firmase el acuerdo, se transmitiesen al sector productor, lo cierto es que no está siendo así.
Los ganaderos no solo no han visto incrementarse el importe que han recibido por su materia prima en el último mes, sino que incluso los contratos que les plantean algunas industrias tampoco contemplan variaciones al alza de las cotizaciones para los próximos meses. Es el caso de Leche Río que, por boca de su propietario, ha dejado clara su intención de no aplicar ninguna subida al precio a corto plazo. Otro tanto parece tener previsto Lactalis, según las informaciones que manejan algunos de sus proveedores. Las que anunciaron incrementos -Capsa y Celta, son alguna de ellas- han cumplido, pero con alzas muy leves en los contratos, de entre uno y dos céntimos. Claramente insuficiente todavía para que las granjas puedan moverse en umbrales de rentabilidad.
Ayudas para 7.000 granjas
Finalmente serán 7.029 ganaderos, de los algo más de 17.000 que permanecen en activo en España, los que tendrán derecho a percibir la ayuda a la liquidez de las granjas puesta en marcha por el Ministerio de Agricultura. Se repartirán en total 20 millones de euros, con un importe medio por ganadería que no alcanza siquiera los 3.000 euros. En Galicia serán unos 5.000 beneficiarios.
El departamento de Tejerina publicó ayer en su web, tanto la relación de beneficiarios -solo se incluye el número del documento de identidad y el importe que le corresponde- como el cuestionario que deben rellenar aquellos que percibiesen entre abril y julio cantidades inferiores a los 28,5 céntimos por litro.
Estos tendrán un plazo de diez días para cumplimentar a través de la propia web (www.magrama.gob.es) un sencillo cuestionario en el que deben incluir una dirección postal y su número de cuenta bancaria.
Rebaja en los módulos
De lo que sí podrán beneficiarse la mayoría de las granjas gallegas es de la rebaja de los módulos que Hacienda plantea para la producción láctea. Estos se reducirán del 0,32 % actual al 0,20 % que se propone para el ejercicio 2016, lo que supondrá, según cálculos de Asaja-Galicia, un ahorro de hasta cien millones de euros en la base tributable de la comunidad. Se calcula que casi dos tercios de las explotaciones lácteas gallegas tributan a través de este sistema de módulos y que un tercio de los ingresos totales que genera la venta de leche se liquida, a efectos de Hacienda, por este método.
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