Los bajos precios del sector lácteo constriñen también la economía de otras profesiones.
Son los ganaderos los que se manifiestan en Santiago, los que bloquean un hipermercado o una muralla romana, los que convierten la derrama de miles de litros de leche en un ready made trágico. Pero su angustia económica está constriñendo los bolsillos de sectores muy concretos.
Para muestra, el concello de Curtis, uno de los de más tradición ganadera en la montaña coruñesa. Los negocios satélite de la leche también ven con amenaza la guerra de los precios. Algunos incluso han optado por no atender las demandas de ganaderos concretos. Uno de ellos adeuda 16.000 euros en la tienda de piensos del centro de Teixeiro que regenta Mercedes. «Algún se quere plantar millo en marzo terá que pagar o do ano pasado», sentencia. Lo que le adeudan no es una anécdota. Si mañana saldaran sus deudas con ella ganaría de golpe 50.000 euros.
En la forja de José Manuel Freire, asoma un cartel que reza «Pagos al contado». Pero el cartel se ha convertido en un oráculo falso. «Que lle vas facer, hai que fragmentar os pagos, a xente non pode pagar», se queja. La crisis le ha quitado muchísimo volumen de trabajo. Lo resume perfectamente en una frase: «Antes se me pedías unha cancela tiñas que esperar tres meses, e agora nunha semana xa cha entrego».
También se han reducido las salidas del veterinario Pepe Bermejo. «Tengo menos llamadas y más deudas. Los ganaderos tratan ellos mismos muchas dolencias del ganado, especialmente si son terneros porque son tan poco valiosos que si se les mueren la pérdida es mínima».
José Manuel Freire: «Agora só piden arranxos». Los precios del sector lácteo también golpean al duro metal. Freire, con una forja próxima a la casa consistorial de Teixeiro, asegura que los ganaderos no están boyantes para cambiar o mejorar los cierres. «Tiña varios portais e cornadizos apalabrados, pero xa se cancelaron», dice. Le deben alrededor de 7.000 euros.
Mercedes López: «Somos o banco dos gandeiros». Agrotenda abrió sus puertas en Teixeiro hace casi tres décadas. La última ha sido «terrible», según esta empresaria. Mercedes está casi tan pendiente de los ingresos de la PAC como los propios ganaderos. De ellos cobra. Le deben 50.000 euros. «Aínda nos deben o millo do ano pasado e as vacas xa o comeron», sentencia.
Javier Rodríguez: «Levo catro meses perdendo cuartos». Es uno de los miles damnificados por la lucha de precios de la leche. «Fun dos que da noite á mañá Leite Río deixou de vir a recoller o leite», asegura este profesional de la ganadería de 53 años y dos hijos estudiando en Santiago. Le acaba de llegar un porcentaje de la PAC que supone un alivio. «Pero estou perdendo 2.000 euros ao mes».
Pepe Bermejo: «Tengo un ganadero vetado por deudas». Lleva 23 años como veterinario clínico en Teixeiro. Él y su equipo esperan el pago de cerca de 15.000 euros. Un ganadero le adeuda 6.000, así que ya no le prestan servicio. Ahora son muchos los que, en vez de llamarle, diagnostican ellos mismo los males de sus reses y les aplican inyecciones en casos de diarreas, neumonías o mamitis.
http://www.lavozdegalicia.es
