Los productores cobran un 30 % menos que hace un año, con el litro en 28,7 céntimos.
O mucho cambian las cosas o lo que se suponía un acuerdo histórico que permitiría sentar las bases de un sector lácteo sostenible y rentable para todos los eslabones de la cadena puede acabar convirtiéndose en un fiasco. A pesar de que el Ministerio de Agricultura destacaba hace unos días los importantes avances logrados en la vertebración del sector, lo cierto es que poco o nada ha mejorado la situación de los ganaderos en los 100 días que han transcurrido desde la firma de este documento.
El gran caballo de batalla, el precio que perciben a día de hoy los productores, está estancado. Apenas es un céntimo superior al que recibían antes de la firma del acuerdo lácteo. Los ganaderos gallegos cobraron por la leche producida durante el mes de noviembre -última liquidada hasta el momento por la industria- un promedio de 28,7 céntimos por litro, cifra idéntica a la del mes anterior y que está un 3 0% por debajo (10,5 céntimos de diferencia) de hace justo un año.
Tal y constatan los datos sobre precios y producción publicados ayer por el Fondo Español de Garantía Agraria, Galicia sigue siendo la comunidad con las cotizaciones lácteas más bajos del Estado, circunstancia que viene repitiéndose invariablemente durante los últimos tres años. Resulta paradójico y sin explicación aparente que mientras los precios medios en la provincia de Lugo ni siquiera alcanzan los 29 céntimos lo que se registran en Asturias o León son, como mínimo, tres céntimos superiores.
Más cara en los súper
La escasa evolución al alza de la materia prima en origen contrasta, sin embargo, con la registrada por la leche en los lineales de los supermercados, principalmente por aquella envasada bajo las llamadas marcas de distribución o marcas blancas. Estos cartones se venden entre 3 y 6 céntimos más caros que antes de la entrada en vigor del acuerdo, circunstancia que indigna al colectivo de los ganaderos que denuncian que la subida aplicada al consumidor no se transmite al productor, tal y como se había acordado.
«Ata o momento o acordo non serviu absolutamente para nada. O único que se conseguiu foi que a distribución deixase de utilizar o leite como un reclamo e, de paso, mellorasen as súas contas de resultados xa que son os únicos que se están beneficiando da subida que lle aplicaron ao produto nos supermercados», apuntan desde la asociación Gandeiros de Mazaricos, la mayor de ámbito municipal de Galicia.
Opinión similar mantienen desde una de las principales industrias lácteas que operan en la comunidad que también reprochan el papel que están jugando las cadenas de distribución en este momento: «Siguen imponiéndonos precios de cesión como venían haciendo hasta el momento. Ni se han mejorado la duración de los contratos ni sus condiciones, tal y como se habían comprometido en el documento». Esta apreciación coincide con la valoración realizada por el propio ministerio en el primer informe trimestral de seguimiento del acuerdo en el que se incide sobre «la necesidad de avanzar en el cumplimiento de este objetivo, ya que se encuentra muy retrasado en su cumplimiento» e insta a las empresas de distribución a «revisar, de motu propio, sus modalidades de compra, para adaptarse a los objetivos asumidos en el compromiso».
Deberes pendientes
En lo referente a las industrias, y pese a que el Gobierno reconoce avances en lo referente a la implantación de un modelo de contrato homologado, la publicación de los precios de cesión o la inserción en los envases de la procedencia de la leche, lo cierto es que nada se ha materializado hasta el momento en estos tres aspectos.
Ni siquiera los ganaderos han llevado a cabo avances significativos en su compromiso de potenciar las organizaciones de productores como mecanismos de negociación conjunta de la producción. A día de hoy hay siete constituidas: dos en Galicia y otras tantas en Castilla y León; y una en Navarra, Cataluña y Andalucía. Solo esta última parece tener un funcionamiento relevante.
Un mes con los tractores en la muralla
Los tractores siguen rodeando la muralla de Lugo, sin intención de marcharse hasta que no consigan su propósito: una subida en el precio de la leche. Continúan pese a las protestas de comerciantes y hosteleros de la ciudad, por los problemas de circulación. Mañana se cumple un mes del inicio de la movilización, convocada por Agromuralla, al margen de los sindicatos. Los ganaderos están a la espera del recibo de diciembre para ver cómo quedan sus liquidaciones.
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