El lechero: un profesional extinguido por la legislación

La venta de leche fresca en tiendas ha desaparecido por completo en la ciudad.
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La venta de leche fresca en tiendas ha desaparecido por completo en la ciudad.
Hace unos días saltó a la luz pública el hecho de que la Policía Local había denunciado e identificado a un hombre que vendía leche y huevos a domicilio de manera ilegal. Una práctica que ahora no cumple las normas de venta, ni tampoco sanitarias, pero que hace unos años era habitual, al igual que las tiendas que poblaban los barrios de Salamanca para vender de manera directa la leche a los consumidores desde los cántaros o cubas.
Pese a que algunos emprendedores han recuperado las lecherías en algunas ciudades de España, como Madrid, este tipo de negocios tienen muy difícil volver a la vida en la capital salmantina, debido a la exigencias que han de cumplir, que encarecen de manera exponencial los gastos. Lo más aproximado que ha tenido en los últimos años Salamanca es una máquina expendedora automática en el paseo de San Antonio, que acabó cerrando hace unos meses debido a las continuas inspecciones.
Su impulsor fue un ganadero de la pequeña localidad de El Arco, Joaquín Romero, que tuvo que desistir de su empeño tras seis años en funcionamiento. «Es imposible emprender algo para cambiar el mercado. Mi proyecto lo empecé con toda la ilusión y tuve desde el primer momento el apoyo del Ayuntamiento. Sin embargo, la inspección sanitaria era un marcaje continuo, con visitas incluso a las 10 de la noche. Requerían que estuviera pendiente las 24 horas del día cuando yo también tenía que atender a mi ganado. Los quebraderos de cabeza no compensaban lo poco que ganaba», explica.
Joaquín señala que él acudía todos los días a la máquina para reponerla con la leche que había ordeñado unas horas antes por la mañana y que posteriormente había pasteurizado y conservado en frío. «El trato con muchos clientes era personal. Valoraban de mi producto que tenía un sabor y una textura distinta que la leche de tetrabrik. Incluso alérgicos a la lactosa la podían tomar sin problemas», apunta el ganadero, que recientemente se ha acogido a una reducción voluntaria de producción debido a la crisis que sufre el sector lácteo.
En Salamanca no hay lecherías, ni tampoco quedan industria lechera. De lo que muchos no se acuerdan o no saben por ser jóvenes es que la ciudad contó con su propia marca de leche. Ledesa fue fundada en 1964 y sus instalaciones estaban en la carretera de Zamora, a las afueras de la ciudad. Impulsada por empresarios salmantinos, llegó a patrocinar a la UDS y fue vendida a un grupo danés posteriormente. En 1989 acabó formando parte de Puleva, que la acabó cerrando en 2005.
http://www.lagacetadesalamanca.es/salamanca/2016/11/20/lechero-profesional-extinguido-legislacion/190329.html

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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