El darwinismo económico es la leche

Cuando el naturalista británico Charles Darwin comenzaba a esbozar lo que sería su obra monumental, El origen de las especies, no podía imaginar que en el futuro daría pie a las tesis neoliberales que asentarían el concepto de «darwinismo económico».
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Cuando el naturalista británico Charles Darwin comenzaba a esbozar lo que sería su obra monumental, El origen de las especies, no podía imaginar que en el futuro daría pie a las tesis neoliberales que asentarían el concepto de «darwinismo económico». La idea de introducir la selección natural como un postulado aplicable al ámbito empresarial se configuraba como la excusa perfecta para explicar por qué debían caer las pequeñas empresas en detrimento de los crecientes gigantes económicos y los primerizos trust, que terminarían por convertirse en los consorcios multinacionales de la actualidad.
Lejos de perder un ápice de vigencia, este planteamiento es utilizado a diario por los teóricos de la economía y los políticos a cargo de determinadas áreas productivas. Sin ir más lejos, hace dos días la Conselleira do Medio Rural, Ángeles Vázquez, desfilaba ante los micrófonos y bolígrafos de los periodistas en una polémica rueda de prensa a raíz de las actuales protestas de los ganaderos del sector lácteo en Santiago de Compostela. Sobre el atril respondía a las previsiones del Ministerio de Agricultura que estiman que 5.000 granjas lecheras cerraran en los próximos años, 3.500 de ellas corresponden a Galicia.
En las declaraciones vertidas manifestó cierta comprensión a la causa de los manifestantes, mas también parecía entender la situación de una economía de escala fuertemente globalizada, por lo que al ser preguntada acerca de si había futuro para los productores de menores dimensiones respondió abiertamente: «El concepto de explotación pequeña y no competitiva no tiene razón de ser, pero no porque nosotros no lo queramos, sino porque no dan calidad de vida». En sí, estas palabras no aportan nada nuevo a las tendencias económicas globales, pero llama la atención el desenlace de esta frase. ¿A qué querría referirse con eso de la «calidad de vida»?
Me pregunto si en Mazaricos la clausura del negocio lácteo de los constantemente vapuleados granjeros, en favor de un tecnificado centro de extracción lechera, les mejorará la maltrecha situación. Me pregunto si les ofrecerán prejubilaciones igual que a los directores de sucursales, como las acontecidas tras la última reestructuración bancaria. Disculpen mi ironía de tintes pueriles, pero a veces nuestros representantes silban esta misma melodía con contradicciones propias de un niño. Antaño no hubo problema alguno en desvivirse por un rescate a las autopistas privadas que entraban en una bancarrota millonaria. Si su supervivencia en el medio no estaba asegurada, ¿por qué habría que salvarlas? Alguien reparte dos clases de billetes en esta partida de Monopoly.
Antón Parada
http://www.lavozdegalicia.es

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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