El jueves pasado hubo un encuentro entre la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo y el Comisario de Agricultura Phil Hogan, con el fin de buscar soluciones para la crisis del sector lácteo.
Hogan basó su intervención en relatar cómo estaba la situación del sector lácteo y cómo el aumento de la producción era el origen de la bajada de los precios y por tanto, de la crisis.
Ante este panorama, Hogan solo propuso incrementar en 132.000 tn el umbral de intervención de la leche desnatada en polvo, el cual ya se dobló a 218.000 tn hace un mes y ya se ha superado. Lo que Hogan no dijo en su intervención es que el 70% de la LDP entregada a intervención corresponde a Alemania, Irlanda, Bélgica, Polonia y Holanda, es decir, los países que más han aumentado su producción.
Por tanto, aumentar el límite de intervención sería dar una salida a los países que están aumentado su producción e incluso incentivándolos a producir más, como algunos denuncian. Por ejemplo, la interprofesional francesa Cniel ha pedido que solo puedan llevar LDP a intervención los países que no han aumentado su producción.
Si el problema es el aumento de producción lo lógico sería promover medidas que la desincentivaran o limitaran, como propone el Parlamento Europeo. En este sentido Hogan solo se limitó a decir que ya había el marco legal necesario que permite los acuerdos de autoregulación, que pueden realizarse hasta mediados del próximo mes de abril, y que dicho período podría alargarse hasta mediados de abril de 2017.
Esta medida de la autoregulación está teniendo poco éxito en la UE. Incluso los países que inicialmente se mostraban predispuestos hacia ella, como España, finalmente han visto la imposibilidad de llevar a cabo este tipo de acuerdos, que no cuentan con financiación para compensar a los ganaderos y que no aseguran la reducción de la oferta.
Con respecto a conceder un nuevo paquete de ayudas, Hogan ha recordado que sólo el 56% del sobre previsto se ha gastado.
El PE ha pedido, además de medidas de limitación de la producción para impulsar los precios, un sistema de intervención más eficaz y cambios en la cadena de distribución para garantizar una compensación justa a los productores.
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