Tras la cuestionable y minúscula rebaja de precios que recibió la leche en las Tiendas de Recaudación de Divisas (TRD), medios nacionales salen a la defensa de la industria alegando que la comercialización de este producto de amplia demanda –no correspondida- en Cuba afronta serias dificultades pero “ya está en marcha un programa de recuperación”.
Declaraciones de autoridades pertenecientes a la industria, recogidas hoy por el diario estatal Granma, destacan que la producción de lácteos en la isla se enfrenta a problemas como la obsolescencia tecnológica, trabas en la distribución, déficit y reprochable calidad de la leche fresca, materia prima esencial.
Sin embargo, se encuentra en marcha un programa de recuperación de capacidades que se extiende hasta el 2020 y pretende, de manera paulatina, modernizar y revitalizar el plantel fabril, según Juan C. Domínguez, director de la División Agroalimentaria del Grupo Empresarial de la Industria Alimentaria (GEIA)
Por su parte, el jefe de la unidad láctea del GEIA, Iván Carranza Ojeda, admitió en entrevista al periódico que existen limitaciones derivadas de la obsolescencia tecnológica, sobre todo en los deficientes sistemas de frío y vapor, así como deterioro y déficit de los medios de transporte para el acopio y la distribución.
Carranza afirmó que son “insuficientes” las capacidades de envase y surtidos, y consideró que también resultan bajos los niveles de automatización y control informático de los procesos industriales, así como los mecanismos de capacitación del personal.
«Camagüey, Villa Clara, Sancti Spíritus y Matanzas son los territorios de más alto acopio de leche, y es ahí donde están priorizándose los trabajos, pues el programa resulta coherente con la proyección de desarrollo de la ganadería», añadió Domínguez, quien considera que los mayores problemas los afronta las líneas del helado y el yogurt de soya.
En este sentido, Jorge Félix Perodín Carralero, director de la Empresa de Productos Lácteos en la provincia, acotó que el pasado año fue incumplido el encargo estatal en alrededor de 5.000 toneladas de yogurt de soya, y de un plan para el 2016 ascendente a 17.000, la instancia nacional lo redujo a 11.700.
Según el funcionario, el problema radica en lo energético, ya que en la unidad estatal solo funciona uno de los tres bancos de agua helada existentes, una seria afectación en el sistema de enfriamiento que incide también negativamente en la fabricación del yogurt natural y los quesos.
Otro alto funcionario de este renglón, Modesto Pérez Cabrera, director del Complejo Lácteo de La Habana confiesa que, en relación a la industria, «hablar de estabilidad hoy es casi una quimera».
“Pese a los contratiempos, producciones fundamentales como la leche en polvo y el yogurt natural muestran sobrecumplimientos al cierre de abril. Sin embargo, aún está muy lejos de la demanda desproporcional con respecto a los planes”, dijo Pérez Cabrera según recoge el diario.
De acuerdo con la propia publicación, “resulta evidente que las problemáticas y carencias están bien identificadas. También está trazado, pormenorizadamente, el camino de las soluciones”, aseveró.
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