Sueños que se hacen realidad en el Meta a punta de leche

En seis municipios del Meta, familias campesinas ya saben sacarle más provecho a la finca.
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En seis municipios del Meta, familias campesinas ya saben sacarle más provecho a la finca.
Josefa, Chucula, Carebuey, Mira, Rebeca y Lulú son seis de las diez vacas que les cambiaron la vida a Jorge Rodríguez, a su esposa y sus tres hijos, una familia campesina que hace 16 años vive en la finca La Esperanza de San Juan de Arama, y quienes aprendieron que tratándolas bien y dándoles buena comida pasarían a ser la ‘caja menor’ de la familia.
Todo comenzó hace cinco años cuando la empresa lechera Alquería llegó a la región para comprarles la leche que producían sus vacas y para enseñarles sobre cooperación, asociatividad, competitividad y a mejorarles su calidad de vida.
Alquería creó el programa Formación Campesina (FOCA) y logró recuperar la confianza en zonas en donde la presencia de las Farc era notoria y la economía se derivaba solo del hecho de raspar hoja de coca.
El cambio no fue fácil. Hacer que familias campesinas le abrieran las puertas a la capacitación para que vieran que el conocimiento, aplicado con orden y metodología, podía mejorarles su calidad de vida, era algo impensable.
Hoy Jorge Rodríguez dice que en su finca reinan la paz y la armonía. “Tengo praderas, bosques, cultivos, aves de corral, diez vacas que producen 80 litros diarios y eso ha sido posible gracias a la capacitación que nos ha dado Alquería”, dice.
Relata que antes sintió temor de entrar al programa porque en esa época todos eran desconfiados, pero luego, al ver los resultados, pudo verificar que sí era posible aprovechar la producción lechera, porque le llegó “una entradita” a su economía campesina que antes no veía.
La caja menor
“Todos los días recogen la leche y me hacen un vale de lo que se llevan y cada 15 días la pagan. En promedio en época de baja producción me llegan unos 450.000 pesos y en picos altos he tenido quincenas de $850.000”, sostuvo.
Según Fernando Fuentes, director de Fomento Ganadero de Alquería, con FOCA se buscó recuperar el territorio de Vista Hermosa, Mesetas, Uribe, La Macarena, San Juan de Arama y Puerto Rico, municipios del Meta que hacen parte de una región dominada por las Farc durante años, para ayudar a esos pueblos a elevar el volumen de producción de leche, bajar los costos de producción y subir el margen de utilidad por litro.
“Trabajamos con 1.100 familias. Desde hace cinco años, Alquería ha recibido más de 60.000 litros de leche diarios del Meta de estos ganaderos. Gracias a este modelo, se generan ingresos por 20.000 millones de pesos en la zona al año y logramos reconstruir el tejido social de estos territorios”, sostuvo Fuentes.
“Creía que ellos no tenían nada que venir a enseñarme a mí, que yo me las sabía todas en el campo, pero luego de la capacitación y del intercambio de mis conocimientos con los que ellos trajeron, es que el animal bien tratado da mejor producción y mejora el resultado en la calidad de la leche, lo que me significa un mejor ingreso”, dice con orgullo Jorge.
La escuela llega a las fincas lecheras del Meta
El programa de Formación Campesina (FOCA) liderado por Alquería está compuesto por cuatro ejes: Escuelas de Campo, que ayudan a la construcción colectiva de conocimiento basada en aprender a través de la experiencia.
La Formación Complementaria, una alianza públicoprivada con el SENA para brindar capacitaciones a los productores. Herederos de Tradición, que es un programa de educación formal con el SENA que se ofrece a los hijos de productores de leche y el Plan Finca, donde Alquería, con un grupo de facilitadores, orienta las actividades del productor e impulsa los sueños en sus fincas en aras de mejorar la calidad de vida y obtener resultados sostenibles.
Así, se refleja que la firma lechera reitera su compromiso con las comunidades campesinas y que en el escenario de la paz busca generar oportunidades y acompañamiento en el campo.
Buena vida
Darles a los animales lo necesario con un buen alimento y tratarlos como ‘la gallinita de los huevos de oro’ para que vivan relajados y lejos del estrés, significa subir la producción y por consiguiente mejorar la calidad de vida de los productores. Los lecheros ya saben el cambio que se da por el buen trato al animal y que ahora con solo llamarlo por el nombre llega para que lo ordeñen.
‘Es como si se pasara del infierno al paraíso’
Gilberto Olaya Leaño, presidente de Asoprogüéjar, un afable campesino de Vista Hermosa, sabe qué es el sabor amargo de la guerra.
En su municipio vivió en épocas pasadas muchas escenas del conflicto y ahora que ya se anidaron en su memoria está feliz porque antes se sentía aislado en el centro poblado de Santo Domingo y relegado porque muchos, para sobrevivir, se dedicaban a trabajar cultivos de uso ilícito.
“Ahora, luego de cinco años de trabajo con Alquería hemos aumentado la producción de leche y estamos mucho mejor y estimulados, pensando en mejorar la producción y la calidad”, sostiene Gilberto.
Rescata el trabajo lícito porque antes se convivía con cultivos ilícitos y hoy esas familias campesinas lo agradecen porque su intensión es seguir haciendo paz y no volver al infierno, razón por la que piensa que el proceso de paz tiene que llegar a un acuerdo definitivo.
“Una cosa es vivir en medio de la paz y la tranquilidad y otra en medio del conflicto que nos ha dejado cosas muy desagradables. Por eso estoy dispuesto a darles asesoría a las personas desmovilizadas de los grupos armados ilegales, dice.
“Acá no miramos quién es quién, nuestra intención es que si hay excombatientes que quieren reintegrase a la vida civil, pues se les puede ayudar” dijo.
Es claro que muchos campesinos de estas zonas del sur del Meta quieren aportar al posconflicto y trabajar con personas que estuvieron en la guerrilla y necesitan reinsentarse a la vida civil.
Saben que sí es posible el cambio y que con la mano tendida del Estado, de instituciones como USAID, el SENA y el Programa Colombo-alemán de Promoción del Desarrollo Económico Rural Sostenible (Prodes- GIZ) que ayudaron en el proceso FOCA de la Alquería, se puede reconstruir el tejido social y lograr un mejor país.
“Ojalá Alquería nos siga fortaleciendo como aliado comercial. Lo que pienso es que nos faltan vías buenas, más apoyo del Gobierno nacional y asistencia técnica más permanente”, concluyó Olaya.
La clave está en la asociatividad
Para Édgar Quebrada, representante de la Asociación de Lecheros del municipio de Mesetas, trabajar con Alquería ha sido provechoso para su familia y su entorno.
“Aquí todos hemos aprendido el proceso y lo poco que sabemos lo hemos aportado y lo hemos compartido en la asociatividad, lo que nos ha facilitado el intercambio de conceptos muy valederos para nuestra actividad económica”, dice Édgar.
Este curtido campesino de Mesetas cuenta que su asociación fue creada hace ocho años y tiene 246 proveedores de leche que aportan 6.500 litros diarios.
“Nos hemos beneficiado porque hemos tenido un cambio total gracias al compromiso de Alquería, que ha sido muy cumplida con nosotros en el pago de un precio promedio de 950 pesos por litro de leche y eso nos ha permitido ser sostenibles en el tiempo”, sostiene.
No le cabe duda de que los ingresos por la venta de la leche son un alivio porque la leche es un producto que sale a diario y ayuda a que siempre exista ese recurso en las familias campesinas.
Este productor sostiene que los campesinos con el solo hecho de venderle a la Alquería se benefician porque les pagan cumplido y a buen precio. “Así sí vale la pena la asociatividad y se demuestra que es mejor trabajar agrupados que trabajar cada uno solo por su lado” señaló.
http://www.eltiempo.com/colombia/llano-7-dias/sueaos-que-se-hacen-realidad-en-el-meta-a-punta-de-leche/16733796

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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