¿Se diferencian mucho las calorías de la leche entera, de la semidesnatada o de la desnatada? ¿El valor nutricional es el mismo? Te lo contamos todo a cerca de esta bebida tan consumida para que elijas la adecuada a tu organismo y preferencia.
El ser humano es el único animal que toma leche después de la lactancia, aunque no todos tomamos la misma. Cada vez hay más variedades y gamas de productos para beber este alimento que recomiendan muchos médicos, pero sobre todo miramos la calidad, el precio y el aporte calórico de una leche u otra.
Hay personas que se beben este alimento acompañado con café, con Cola Cao o solo, bien sea porque le gusta el sabor sin nada o porque se lo ha recomendado el nutricionista. Precisamente por ser un producto muy consumido, hay muchos tipos, pero destaca de entre todos la leche de vaca, que se divide en entera, semidesnatada o desnatada.
Lo primero que tenemos en cuenta a la hora de comprar una u otra en el supermercado es el valor calórico y las grasas que aporta cada una. Está claro que la que más engorda es la entera, ya que contiene entre un 3,5% y un 4% de grasa, es decir, que un vaso pequeño puede contener 150 kilocalorías. Sin embargo, la semidesnatada solo tiene 140, entre un 1,5% y un 1,8% de grasa y la desnatada, de la cual se ha eliminado toda la nata, solo presenta un 0,5% de grasa y unas 90 kilocalorías.
Evidentemente, beber leche desnatada es mucho más sano, ya que se ha reducido la cantidad de grasas saturadas entre un 25% y un 75%, además de la mitad de las calorías. Pero entonces, ¿tienen el mismo valor nutricional? Pues sí, las mismas vitaminas, minerales, calcio y proteínas, puesto que estos no se encuentran en la nata, que es lo que se elimina de la leche entera.
La elección de una u otra es muy personal, pero sobre todo está relacionada con la dieta saludable y el control del colesterol en las personas adultas que la beben. También se recomienda la desnatada a las personas que tienen riesgo de sufrir un ataque al corazón y que así reduzcan las grasas saturadas.
Una de las principales diferencias a la hora de beber leche entera o desnatada es la textura, ya que se nota si hay nata o no. Precisamente por esto es recomendable que para hacer postres o comidas se hagan con la entera, ya que la bechamel o el bizcocho podrían no quedar con el sabor deseado y quedará más seco si se emplea una ‘semi’ o una desnatada. Sin embargo, si no quieres emplear este tipo de leche por su aporte calórico, lo mejor es que añadas ingredientes como el chocolate, el queso, el ajo, especias o el yogur para que no se note que saben distinto.
Otras personas optan por beber leche sin lactosa, de la que se ha eliminado totalmente el azúcar que lleva, bien porque son intolerantes o por cuestiones dietéticas. Además, existen una gran variedad de tipos de leche si no queremos tomar un producto animal, como la de soja, almendra o avena, que son vegetales y muy saludables.
